Primera toma de contacto entre la dirección del Sabadell y los sindicatos para negociar el plan de ajuste con el que la entidad quiere ahorrar hasta 115 millones de euros al año y que pasa, fundamentalmente, por un recorte sustancial de su plantilla. En concreto, el banco puso sobre la mesa la supresión de 1.800 puestos de trabajo, que se ejecutaría en el primer trimestre del próximo año y que se realizaría mediante jubilaciones anticipadas para los mayores de 63 años, prejubilaciones y bajas incentivadas.

Unas medidas que serían de carácter voluntario, según transmitieron ayer los responsables de la entidad, después de que la representación de los trabajadores dejara claro que no aceptará ningún acuerdo que contemple salidas traumáticas. Es decir, despidos forzosos. Un riesgo reputacional que el Sabadell no quiere asumir -y menos aún en la coyuntura actual-, por lo que ya ha previsto las dotaciones necesarias para hacer frente a las indemnizaciones, mediante la venta de una parte de su cartera de renta fija, como se encargó de recalcar el pasado viernes el consejero delegado de la entidad, Jaume Guardiola, y recordaron ayer los responsables de Recursos Humanos a los sindicatos.

Sobre los detalles, los negociadores del banco no quisieron entrar ayer en las condiciones económicas, que se dejaron para el próximo encuentro, pero sí empezaron a perfilar cómo será la distribución por áreas de actividad. Así, en los centros corporativos se recortará alrededor del 10% del personal, lo que supondrá la salida de unos 500 trabajadores, aunque la entidad no especificó cómo se repartirán las salidas entre las instalaciones de este tipo que tiene en Sant Cugat, Barcelona, Madrid, Oviedo y Alicante.

En el caso de la capital de la provincia, el banco ya había comunicado que clausuraría las instalaciones que tiene en la plaza de Navarro Rodrigo y el polígono de Babel, aunque la intención es reubicar a la mayoría de los trabajadores en el inmueble que acoge la sede social del banco, en la avenida de Óscar Esplá.

Por su parte, el banco quiere recortar hasta el 20% del personal que ahora tiene dedicado a tareas administrativas en la red y en los centros de apoyo a las sucursales -que son los más afectados por el trasvase de clientes de las oficinas a los cajeros y los canales digitales, que se ha acelerado durante la pandemia-, lo que sumará otras 850 salidas; mientras que en la red de comerciales se suprimirán 450 puestos, el 7% del total.

De lo que no dio ninguna pista el Sabadell es de la distribución territorial de estas bajas, aunque los sindicatos apuntan que las regiones del norte, Cataluña y Alicante son las zonas donde la edad media de las plantillas es más elevada y, por tanto, donde se concentran los candidatos a entrar en las medidas propuestas. Por ejemplo, en la provincia hasta el 25% de los trabajadores supera ya los 55 años, cuatro puntos más que la media del banco, según CC OO.

Sin embargo, los sindicatos calculan que las prejubilaciones solo afectarán a los mayores de 58 años, por lo que en la provincia habría unos 250 candidatos a acogerse al plan, según las estimaciones del sindicato Sicam-Aprobas. En total, el Sabadell emplea a 2.050 personas en Alicante, de los que unos 750 trabajan en el centro corporativo y en la filial BSOS, que se encarga de realizar tareas administrativas, mientras que el resto se reparte por las distintas sucursales de la entidad.

Los que se quedan

Desde UGT insistieron en que solo apoyarán «un plan de salidas voluntarias», por lo que valoraron «positivamente» esta primera toma de contacto. Una exigencia, la de que no haya despidos forzosos, que reiteraron el resto de centrales. Pero, además, los representantes de los trabajadores también pidieron medidas para evitar que los recortes «supongan aún una mayor sobrecarga de trabajo para la plantilla que permanece», en especial en aquellas zonas donde el banco cuenta con una base de clientes más nutrida, como Alicante. Así, desde Sicam-Aprobas pidieron escalonar las salidas y que no se produzcan todas en el primer trimestre, en previsión del trabajo extra que generará la crisis económica.

El Sabadell no es el único banco que quiere recortar su personal. Está previsto que hoy se inicien las negociaciones en Banco Santander e Ibercaja.

LA BANCA CIERRA 960 OFICINAS EN ALICANTE DESDE 2007


Las entidades han suprimido cerca de 5.000 empleos en la provincia desde la anterior crisis


La nueva ronda de despidos de la banca española supone la continuación de un proceso que arrancó con la anterior crisis económica y que ha supuesto ya el cierre de más de la mitad de las oficinas que existían en 2007 y la supresión de casi un 40% de los puestos de trabajo de entonces. En concreto, en el caso de Alicante, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, las entidades han bajado la persiana de 960 oficinas, lo que supone el 55% de las que existían. A finales de junio quedaban operativas 810 delegaciones, según datos oficiales del Banco de España, lo que representa la cifra más baja de sucursales financieras en la provincia desde septiembre de 1979.

Por lo que respecta al empleo, las estadísticas de afiliación de la Seguridad Social indican que el número de cotizantes en el sector de banca y seguros en Alicante ha pasado de 13.242 a 8.252, desde septiembre de 2007 hasta el mismo mes de este año. Es decir, que han desaparecido casi 5.000 empleos. Está por ver qué consecuencias tendrán los ajustes que están anunciando las entidades. Además del Sabadell, Santander ya ha anunciado un recorte de 3.000 empleos, Ibercaja también reducirá su personal y se espera que las fusiones de Bankia y CaixaBank, y de Unicaja y Liberbank supongan nuevos ajustes.