Ni Cataluña ni ninguna otra región. Madrid es el principal mercado para las empresas de la Comunidad en territorio nacional, y de él dependen hasta un tercio de todas las operaciones de compraventa de bienes y servicios que realizan las compañías valencianas dentro de España. Unos intercambios que, eso sí, distan mucho de ser equitativos, ya que el saldo comercial entre ambos territorios resulta negativo para la Comunidad y en una cifra muy considerable: más de 11.000 millones de euros.

Así lo pone de manifiesto el estudio La intensidad de las relaciones socioeconómicas entre Madrid y la Comunidad Valenciana, con el que la Fundación Conexus quiso poner de relevancia el peso de este eje, que «ya constituye el corredor de intercambios económicos y sociales, globalmente, más importante de España y uno de los más nutridos de Europa», según el presidente de esta organización, Manuel Broseta.

En este sentido, el estudio, que presentó su autor, el director adjunto del Ivie, Joaquín Maudos, avala con datos esta afirmación, aunque también pone de relieve los desequilibrios que existen en esta intensa relación. Así, por un lado, la capital concentra hasta el 33,1% de todas las ventas que las firmas valencianas realizan en otras autonomías, frente al 20,5% que se dirige a Cataluña, o el 10,2% de Andalucía. Igualmente, Madrid es el origen de hasta el 35,6% de las adquisiciones de bienes y servicios de las empresas de la Comunidad.

Aunque los porcentajes sean similares, la realidad es que el saldo entre entradas y salidas no lo es y resulta negativo para la autonomía, ya que las compras superan en 11.062 millones a las ventas.

Este flujo de productos y servicios también tiene su reflejo en las relaciones accionariales entre ambas zonas del país. Así, los madrileños acaparan hasta el 47% del capital que los inversores de otras autonomías tienen en las empresas de la Comunidad, con 1.265 millones, mientras que los valencianos poseen hasta el 30% de los títulos de compañías madrileñas que está en manos foráneas, lo que supone unos 5.555 millones de euros. Eso sí, como recordó el propio Maudos, la cifra está algo distorsionada por el hecho de que Bankia y CaixaBank hayan instalado su sede social en València.

El estudio también analiza los intercambios poblacionales entre ambas autonomías, que, de nuevo, muestran una relación intensa y, también de nuevo, desequilibrada en favor de la capital. Así, en el último año con datos disponibles, en 2018, se marcharon a Madrid 6.302 valencianos, mientras que vinieron a la Comunidad 5.924 madrileños. Pero, más que la cifra, lo relevante es la composición de ese flujo migratorio. Así, mientras que el 68,4% de los que se fueron eran trabajadores cualificados, la mayoría de los que vinieron de la capital -el 53,2%- lo hicieron para emplearse en ocupaciones de cualificación media o baja, lo que pone de relieve que el mercado de trabajo madrileño todavía ofrece mejores oportunidades laborales, como subrayó el director de Investigación del Ivie, Francisco Pérez, durante el debate que siguió a la presentación del estudio, y en el que también participaron el exministro Jordi Sevilla y el responsable de Análisis Económico del BBVA, Rafael Doménech.

En cualquier caso, desde Conexus abogan por reforzar las relaciones entre Madrid y la Comunidad con la puesta en marcha de un corredor verde innovador que una los puertos de la autonomía con la capital del estado.