La fuerte caída de la actividad económica que ha provocado la pandemia -con numerosos establecimientos que a día de hoy siguen con la persiana bajada o funcionando a medio gas- se ha traducido en un considerable descenso de más del 26% en el número total de accidentes laborales registrados en la provincia. Un descenso que, eso sí, se ha concentrado en los siniestros más leves, mientras que la cifra de fallecidos apenas se ha reducido en el mismo periodo.

Es la paradójica situación que reflejan las últimas estadísticas oficiales del Ministerio de Trabajo y Economía Social y que mantienen en alerta a los sindicatos, que reclaman mayores esfuerzos para proteger la salud de los trabajadores.

En total, entre los meses de enero y octubre de este año se registraron 12.163 accidentes laborales con baja en Alicante, frente a los 16.491 del mismo periodo de 2019. Es decir, un 26,2% menos. De ellos, la inmensa mayoría fueron catalogados como leves, con 12.005, frente a los 134 que se declararon como graves, con una notable caída de la incidencia en ambos casos. Donde la cifra apenas varió fue en los siniestros mortales, que este año han acabado con la vida de 24 trabajadores en la provincia, sólo uno menos que los contabilizados en los mismos meses del ejercicio anterior.

Se trata de una tendencia que también se repite a nivel nacional, incluso agravada. Así en el conjunto de España el volumen total de accidentes también cae un 26% pero la cifra de fallecidos se incrementa al pasar de 578 a 595. Aunque la estadística no ofrece el desglose a nivel provincial, los datos sobre las causas de estos fallecimientos a nivel nacional dan una buena idea de lo ocurrido. De acuerdo con estos datos, se incrementaron las muertes por infartos y derrames cerebrales, las debidas a golpes con objetos en movimiento o las provocadas por aplastamientos o atrapamientos, mientras que cayeron los siniestros mortales consecuencia de accidentes de tráfico -algo lógico si se tienen en cuenta los menores desplazamientos que se produjeron- y los ocasionados por caídas.

«Han sido meses en que los trabajadores han estado sometidos a situaciones de mucho estrés y ansiedad. Aunque parezca una paradoja, el teletrabajo ha supuesto para muchos no poder desconectar», recuerda la secretaria general de UGT en l’Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez, que también señala la relajación de las medidas de seguridad que se ha producido en muchos centros de trabajo, mientras los esfuerzos se centraban en evitar únicamente el covid.

«No es una situación que haya llegado con la pandemia, sino que apunta a una tendencia anterior relacionada con la precariedad y el exceso de temporalidad de muchos trabajos, y que desde luego el sistema de prevención no estaba tan bien asentado como algunos creían ni mucho menos», apunta, por su parte, la secretaria general de CC OO en l’Alacantí i les Marines, Consuelo Navarro.

Una tesis en la que también ahonda el profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad de Alicante David Montoya: «Aunque la obligación es la misma, lo cierto es que muchas veces los trabajadores temporales no reciben la formación necesaria en prevención», señal el experto, que también apunta el problema que supone la ausencia de delegados de salud laboral en las pymes, que suponen la mayoría del tejido productivo.

Por último, el presidente de la patronal CEV en Alicante, Perfecto Palacio, cree que la bajada de la cifra global de siniestralidad, lejos de hacer bajar la guardia a las empresas, las «obliga a perseverar en el fomento de la cultura preventiva» y reclama «poner toda la atención en luchar contra esta lacra».

CC OO denuncia que las cifras infravaloran la incidencia del covid

Las estadísticas del Gobierno recogen este año la infección por covid en el puesto de trabajo como accidente laboral, pero, según denuncian desde CC OO, no están reflejando «la realidad existente». Por ejemplo, en el caso de la Comunidad Valenciana apenas se contabilizan 48 partes y ni un solo fallecido, mientras que a nivel nacional tan sólo se registran 19 muertes por esta causa. Desde el sindicato consideran «inaceptable» este infrarregistro y advierten de las consecuencias que pueden tener a largo y medio plazo. Los principales afectados por esta situación son el personal sanitario y los trabajadores de las residencias para la tercera edad.