El 2020 va a ser un año para olvidar, también en el terreno laboral. Los estragos provocados por la pandemia en la economía cortaron de raíz la mejora continuada que habían registrado los indicadores de empleo en la provincia durante los últimos siete ejercicios, y dejaron cifras de aumento del paro y de destrucción de puestos de trabajo desconocidas desde los años más duros de la anterior crisis, en un momento en el que todavía no se habían cerrado sus heridas.

Los datos son rotundos: tras aumentar en otras 1.491 personas durante el pasado mes de diciembre, la provincia cerró 2020 con 186.109 desempleados inscritos en las oficinas del paro, lo que supone 38.036 más que un año antes. Se trata del mayor incremento desde 2009, cuando el desmoronamiento del sector de la construcción se saldó con 44.441 parados más en un solo ejercicio.

Como era de prever, los servicios -que reúnen a las actividades más directamente afectadas por el confinamiento y las limitaciones de movilidad, como la hostelería y el turismo- concentraron dos terceras partes de la subida del paro, con 25.512 desempleados más; aunque lo cierto es que la ola del covid alcanzó a todas las actividades. La construcción sumó 3.324 desocupados; la industria, 2.072; la agricultura, otros 1.802; y el colectivo de los que buscan su primer empleo aumentó en 5.321.

Igualmente, los datos de afiliación a la Seguridad Social también marcaron su peor registro, en este caso desde el año 2012. Lejos de los aumentos de ejercicios anteriores, se destruyeron 16.657 empleos, lo que dejó la cifra de cotizantes de la provincia en 647.592. Una pérdida que resulta especialmente reseñable si se compara con lo ocurrido en València, donde sólo desaparecieron 2.024 puestos de trabajo, y Castellón, que acabó el año 2.657 afiliados más. A nivel nacional, el descenso fue de 360.105 personas.

El colchón de los ERTE

A pesar de la contundencia de los datos, lo cierto es que el batacazo podría haber sido aún mayor ya que las cifras anteriores no incluyen a los trabajadores afectados por ERTE. En el caso de la provincia, al cierre del año aún había 23.366 alicantinos en esta situación, de los que 11.322 estaban incluidos en uno de los llamados ERTE de rebrote -los que piden aquellas empresas que habían abierto tras la primera ola y se han visto obligadas a volver a cesar o reducir su actividad-, mientras que el resto se corresponde con expedientes que se mantienen de la primera ola.

En cuanto a la contratación, se registraron 474.735 formalizaciones, un 30% menos que el año pasado. Lo que apenas varió fue su distribución entre contratos temporales, que acapararon el 88,8% del total, e indefinidos, un 11,2%, de acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Ante este panorama, la valoración que realizaron ayer los agentes sociales fue unánimemente negativa, aunque con matices. Desde los sindicatos insistieron en que lo primordial es combatir la pandemia. «Hablar de empleo supone garantizar en primer lugar la salud de la población y acelerar el proceso de vacunación», señaló la responsable de Empleo e Igualdad de UGT en l’Alacantí, Yolanda Díaz. «Es prioritario contener la pandemia de forma contundente. Hasta que eso no ocurra, va a ser muy difícil recuperar la actividad», apuntó, por su parte, el portavoz de CC OO en l’Alacantí-Les Marines, José María Ruiz Olmos.

Ayudas directas

Desde la patronal autonómica CEV instaron a «prorrogar los ERTE y acompañar a empresas y trabajadores con medidas acordadas en el marco del diálogo social que eviten el cierre de negocios y contribuyan a mantener el empleo». Unas medidas entre las que incluyeron «ayudas directas a los sectores más afectados». Por último, el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, abogó por centrar «todos los esfuerzos en propiciar una recuperación progresiva de la economía», pero una recuperación que también permita «transformar» el modelo económico hacia uno con empleo de más calidad. En este sentido, Nomdedéu recordó la oportunidad que suponen los fondos europeos para conseguirlo.

Aumenta la cifra de trabajadores autónomos

Frente al descenso general de la afiliación a la Seguridad Social, el año pasado aumentó la cifra de trabajadores autónomos dados de alta en la provincia, que pasó de 132.705 a 134.260. La construcción fue la actividad que más autónomos ganó, con 671 cotizantes más. A pesar de ello, las principales organizaciones del sector -ATA, UPTA y UATAE- advirtieron de la difícil situación de muchos de ellos y pidieron prorrogar las ayudas especiales que reciben.