La pandemia de coronavirus ha tenido un fuerte impacto sobre la mayoría de las empresas en forma de caída de ventas, a lo que hay que sumar una cuestión que estaba pasando desapercibida, como son los gastos que están teniendo que asumir en los protocolos de prevención para evitar contagios entre sus trabajadores. Así lo han puesto de manifiesto las asociaciones empresariales de l’Alcoià-Comtat, Foia de Castalla y la Vall d’Albaida, unidas bajo el paraguas de la Plataforma por la Reindustrialización Territorial, que reclaman la atención por parte de la Administración debido a los fuertes sobrecostes que están teniendo que soportar en materia de medidas preventivas. Los desembolsos en este apartado, según ha podido sondear este diario, alcanzan hasta los 150.000 euros.

La Federación Empresarial de l’Alcoià-Comtat (Fedac), la Asociación de Empresarios de la Foia de Castalla (Ibiae) y la Confederación empresarial de la Vall d’Albaida (Coeval) han pulsado la realidad de empresas de diferentes tamaños para conocer lo que les está suponiendo responder con responsabilidad a la actual situación epidemiológica. Según señala Héctor Torrente, director de Ibiae, «la Administración no es consciente de la cantidad de sobrecostes que se están afrontando, y debería tener en cuenta este tipo de cuestiones para ser consecuente con las mismas».

A través de este sondeo se ha podido conocer que algunas compañías están acudiendo a clínicas privadas para hacer pruebas PCR cuando aparecen síntomas entre sus trabajadores, «porque no pueden esperar a las de la sanidad pública, que tardan más».

En los centros de trabajo, por otro lado, las precauciones y la seguridad se han extremado mediante la instalación de mamparas separadoras de metacrilato. Todas las zonas están ventiladas e incluso se han colocado medidores de oxígeno y difusores de ozono. También, lógicamente, se han tenido que adquirir mascarillas FFP2 y geles, pantallas de protección faciales, alfombrillas para suelas de zapatos y termómetros.

El teletrabajo también ha añadido costes en adecuación de sistemas y programas informáticos, al tiempo que se ha tenido que contratar y formar a personal para evitar que líneas industriales quedaran paralizadas como consecuencia de bajas laborales.

«Estos costes -subraya Torrente- pueden ser soportados durante un periodo de tiempo, pero no de forma indefinida, ya que no todas las empresas tienen el mismo músculo económico».

Pese a que la reivindicación ha partido de estas tres asociaciones, esta misma visión es compartida en otras muchas empresas del resto de la provincia de Alicante. Un ejemplo de ello es TM Grupo Inmobiliario, con sede en Torrevieja, que hasta el momento ha invertido cerca de 150.000 euros en medidas preventivas contra el coronavirus. La compañía juguetera Injusa, de Ibi, por poner otro ejemplo, ha invertido alrededor de 10.000 euros.

Desde la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), su presidente, Salvador Navarro, también ha puesto en valor los esfuerzos que están realizando las empresas a la hora de implantar protocolos preventivos contra el coronavirus, si bien en el seno de la organización no se ha planteado, al menos de momento, presentar una solicitud formal de ayudas por este concepto a la Administración.

Implantación de turnos para evitar contagios entre los trabajadores

Algunas compañías han llegado a asumir los gastos de guardería de los hijos de los empleados

La prevención del coronavirus ha resultado de gran complejidad en algunos centros de trabajo, que incluso han tenido que implantar nuevos turnos para evitar contagios entre los trabajadores.

Este es el caso de la empresa Herbes del Molí, de Benimarfull. Su responsable, Ismael Corberá, destaca que «no podíamos arriesgarnos a que un contagio nos obligara a poner en cuarentena a media plantilla, así que optamos por reducir los grupos implantando más turnos, lo que lógicamente ha tenido unos costes añadidos».

TM Grupo Inmobiliario, por su parte, ha llegado a asumir el gasto de guardería de sus empleados durante el estado de alarma, cuando los centros escolares estaban cerrados. Fuentes de la empresa señalan, asimismo, que han asumido las comidas de trabajadores de las obras por el cierre de la hostelería, y que incluso han tenido que poner guardias de seguridad para el control de los accesos en los edificios que se encuentran en construcción.

La juguetera Injusa, por su parte, ha adaptado los espacios de trabajo colocando mamparas, al tiempo que ha invertido en material de protección para los empleados y en equipos de desinfección de las instalaciones.

Pese a todos estos esfuerzos, y tal y como informaba ayer este diario, uno de cada seis trabajadores de la provincia de Alicante ya ha estado de baja como consecuencia del covid, si bien desde las empresas se atribuyen la inmensa mayor parte de los contagios al ámbito social.