La provincia de Alicante va saliendo poco a poco de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, aunque con ritmos bastante diferenciados dependiendo de cada territorio. Así se pone de manifiesto a través de las cifras del paro, que evidencian un contraste significativo entre las comarcas situadas en la costa, con gran dependencia del turismo y el sector servicios, y las del interior, donde la industria tiene un mayor peso. De hecho, son las Marinas, l’Alacantí y la Vega Baja a las que más les está costando acercarse al nivel de empleo que registraban antes de la pandemia, frente a otras zonas como l’Alcoià, El Comtat y el Medio Vinalopó, que ya están muy próximas. Los expertos, con todo, opinan que va a resultar muy complicado que el conjunto de la provincia alcance las cifras de ocupación previas al covid, un fenómeno que ya se ha repetido en anteriores crisis económicas.
Pese a que los números han ido mejorando de forma progresiva en los últimos meses, a la provincia todavía le queda un trecho considerable que recorrer en lo que al empleo se refiere. Tomando como referencia las estadísticas de Labora, el conjunto del territorio alicantino tenía este pasado octubre un total de 173.411 parados, lo que supone un 18% más que en el mismo mes de 2019, antes de que irrumpiera la pandemia.
Con todo, lo que más llama la atención son los desequilibrios existentes a nivel comarcal, toda vez que los ritmos de recuperación en este ámbito son muy diferentes dependiendo de cada zona en concreto. Así, la comarca a la que más le está costando volver a las cifras de hace dos años es a la Marina Baixa, toda vez que sus 16.254 desempleados suponen un 35% más que los que había en 2019. Le sigue en esta clasificación l’Alacantí, con 46.522 parados que representan una cifra un 24% superior a la de la citada anualidad. El tercer puesto es para la Vega Baja, que tiene 31.624 desocupados con base en un aumento del 21%, y el cuarto para la Marina Alta, con 12.470, que son un 18% más que antes de la llegada de la crisis.
En el lado contrario se encuentran las comarcas más situadas al interior, en este caso El Comtat, con 2.166 parados que suponen sólo un 4% más que en 2019, y l’Alcoià, con 9.336, que representan un porcentaje un 8% superior. También el Medio Vinalopó presenta este mismo baremo, con 17.829 desempleados. A continuación aparecen el Alto Vinalopó, cuyos 4.968 desocupados son un 10% más que hace dos años, y el Baix Vinalopó, con 32.242 y un porcentaje del 11%.
El Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca) hace referencia precisamente en su último informe de coyuntura socioeconómica a estos desequilibrios territoriales. Preguntado acerca de las razones que explican estas diferencias, el director de estudios de esta entidad, Francisco Llopis, destaca que «las comarcas con mayor presencia de la industria son las que mejor han aguantado el tipo en materia de empleo. Sin embargo, aquellas que dependen de los servicios han sufrido más como consecuencia de la caída del turismo y de las restricciones de prevención de la pandemia, que han tenido un fuerte impacto en los negocios de hostelería. También ahora les está costando más acercarse a las cifras anteriores a la crisis».
Llopis asegura que todavía queda margen de mejora, porque, según sus palabras, «pese a que el turismo nacional ha funcionado bien, sobre todo en verano, no ha llegado a compensar la caída del turismo extranjero. Por tanto, es de esperar que el empleo siga recuperándose a medida que vayan regresando los visitantes de otros países, lo que tendrá una incidencia directa en las comarcas que todavía están lejos de las cifras que se registraban en 2019».
En cualquier caso, el representante de Ineca señala que será muy complicado que el paro baje de nuevo hasta los niveles de antes del covid. «Se ha comprobado en las anteriores crisis, en las que no hemos podido reducir el desempleo hasta situarlo en los mismos baremos que había antes de su irrupción. Esa es la realidad, y en esta ocasión tenemos muchas posibilidades de que se vuelva a repetir», enfatiza.
Las razones, según Llopis, hay que buscarlas en la reestructuración de los procesos productivos. Según indica, «hay gente que se queda por el camino y no puede reincorporarse al mercado de trabajo porque no tiene las habilidades ni la capacitación suficiente para responder a las nuevas necesidades de las empresas». En cualquier caso, añade, «habrá que esperar a vivir un año entero con la nueva normalidad para conocer con exactitud el impacto que ha tenido la pandemia sobre el empleo. Hasta ahora, lo único que conocemos es que el paro subió de golpe con la llegada del coronavirus, y que de momento está bajando de forma bastante lenta».
El director de estudios de Ineca recuerda que fue en el segundo trimestre de 2021 cuando, después de 15 meses consecutivos de incrementos, la provincia registró el primer descenso del paro registrado. La diferencia de desempleados respecto a 2019 propició que el peso de Alicante en la economía nacional se situase por debajo del 5%, en concreto en el 4,83%, un dato que no se observaba desde finales de 2011, «y una muestra más del daño que esta crisis está teniendo sobre nuestro territorio», resalta.
Los desequilibrios existentes entre las diferentes comarcas reafirman la postura que vienen manteniendo los sindicatos en lo que respecta al mercado de trabajo en la provincia. Tanto Yaissel Sánchez como Paco García, secretarios generales de UGT y CC OO respectivamente en l’Alacantí y Les Marines, se reafirman en la necesidad de aprovechar los fondos europeos de recuperación para impulsar un cambio de modelo productivo que evite tener una dependencia tan marcada del turismo y los servicios.
