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El Grupo Amaro entra en liquidación ante la falta de comprador para su nave

El juzgado decreta la disolución de las cinco mercantiles que forman el conglomerado de distribución alimentaria alicantino

Las instalaciones de Grupo Amaro en la ciudad de Alicante. | RAFA ARJONES

El Grupo Amaro ya es historia. El juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante ha decretado el inicio del proceso de liquidación de bienes y la disolución de las cinco compañías que componen el conglomerado de la que en su día fue la mayor empresa pesquera de la provincia, aunque desde hace unos años ya sólo se dedicaba al negocio de la distribución alimentaria.

La decisión se produce a petición de los propios responsables de la compañía, que desde 2019 es propiedad del fondo Acadia Capital, después de que no se haya materializado la opción que existía para que un inversor comprara las instalaciones de la firma, cuando ésta solicitó el concurso de acreedores el pasado mes de octubre.

La intención de los gestores era vender la nave que tienen en la zona del Polígono de Babel de Alicante para cancelar la deuda bancaria y quedarse como inquilinos, en lo que se conoce como una operación de sale and lease back. Sin embargo, la venta se frustró, lo que ha llevado a los administradores de la firma a solicitar la liquidación, para evitar que los créditos contra la masa se incrementaran y se deteriorara más la situación, según confirmó el abogado que ha tramitado el proceso concursal para el Grupo Amaro, Horst Hölderl.

A partir de ahora será el administrador concursal -el despacho catalán Lexaudit Concursal- quien deba presentar el plan de liquidación que, en primer lugar, tratará de vender la unidad productiva de la empresa en su conjunto, lo que permitiría mantener la actividad y salvar la veintena de puestos de trabajo que aún mantiene. En caso contrario, se venderían los bienes de forma individual para reunir la mayor cantidad posible para pagar a los acreedores.

Las cinco sociedades que forman parte del Grupo Amaro solicitaron el concurso voluntario de acreedores el pasado mes de octubre con un pasivo total de alrededor de 26 millones de euros, aunque la mayor parte se trata de deuda intraempresas, es decir, entre las distintas mercantiles que componen el conglomerado. La deuda financiera y con proveedores rondaría los nueve millones, según las fuentes consultadas.

La solicitud se produjo después de que la compañía no consiguiera cerrar un acuerdo de refinanciación con la banca ni tampoco vender la mayor de sus naves para obtener liquidez.

Los problemas de la firma afloraron después de que la familia fundadora vendiera la compañía a Acadia Capital en agosto de 2019. Como parte del acuerdo, se realizó una auditoría que, según el fondo, reveló pasivos ocultos y una situación peor de lo previsto, que provocó un desencuentro por el precio de la operación. De hecho, los antiguos propietarios aseguran que no han recibido ni un euro y mantienen interpuesta una demanda en los juzgados, por la que ya se han celebrado las primeras vistas.

El fondo pactó una operación de refinanciación de la deuda con la banca y puso en marcha un plan para garantizar la viabilidad de la firma, que incluía la venta de las dos naves que ocupan sus instalaciones, mediante la fórmula de desprenderse de la propiedad, pero quedarse como inquilinos. Lo consiguió con el menor de los inmuebles, pero no logró cerrar la venta de la nave de mayores dimensiones, valorada en unos nueve millones.

Con el dinero obtenido de la primera venta se financió un ajuste de personal y la intención era reorientar la actividad de la compañía, pero la llegada de la pandemia truncó los planes y, por si fuera poco, la firma se vio especialmente afectada por la subida del coste de la electricidad, ya que sus instalaciones son naves frigoríficas. Esto llevó a que la firma solicitara el preconcurso al inicio del verano, que en octubre se transformó en concurso y ahora ha derivado en su liquidación.

Una empresa con una historia casi centenaria

El origen de la firma está en el almacén de cereales que el fundador abrió en 1925 cerca del Mercado Central de Alicante. Fue en los cincuenta cuando la firma se reconvirtió, con la incorporación de naves frigoríficas y, sobre todo, la constitución de una flota de buques pesqueros congeladores. En los 80 empezó a transformar y comercializar carne. Poco a poco, abandonó la pesca y se centró en la distribución.

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