Germaine de Capuccini, compañía alcoyana de cosméticos, ha logrado recuperar las cifras que manejaba antes de la pandemia de coronavirus con un incremento de la facturación del 23% en el último año que le ha permitido situarse en los 36,5 millones de euros. El crecimiento, que se mantiene en esta primera mitad del ejercicio actual, se ha basado en el lanzamiento de nuevos productos y en una fuerte apuesta por la internacionalización.
De acuerdo con las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, Germaine de Capuccini facturó 24,9 millones de euros en 2020, después de registrar una caída como consecuencia de la pandemia, que obligó a cerrar durante varios meses muchos centros de estética. Pese a ello, la compañía consiguió esquivar los números rojos, toda vez que cerró el ejercicio con 2,1 millones de beneficios.
La situación, con todo, mejoró de forma ostensible en 2021, según la información facilitada por el director general de la empresa, Miguel Ángel López, quien destaca que la cifra de negocio se situó en 36,5 millones de euros tras una fuerte recuperación que persiste en el momento actual. Según sus palabras, "estamos creciendo ahora por encima del 20%, por lo que todo parece apuntar que vamos a vivir un buen año".
La compañía, dentro de su filosofía innovadora, está basando este crecimiento en el desarrollo de nuevos productos, así como en el refuerzo de sus mercados exteriores. De hecho, en estos momentos un 60% de sus ventas se realizan en el extranjero, donde tiene presencia en 80 países.
Dentro de esta apuesta por la internacionalización destaca la reciente apertura de una nueva filial en Miami, con la que la compañía alcoyana de cosmética profesional pretende reforzar su presencia en Estados Unidos, el segundo mercado mundial del sector, solo por detrás de la Unión Europea.
Se trata de la sexta filial propia del grupo en el exterior, toda vez que ya contaba con sociedades en Italia, Bélgica, Reino Unido, República Dominicana y Colombia. Hay que reseñar que la elección de Miami no ha sido fruto de la casualidad, toda vez que la fundadora de la firma, Carmen Vidal, recibió la llave de la ciudad en 1987 por su labor en el mundo de la estética profesional.
Germaine de Capuccini es propiedad de los fondos Acon y Torreal desde 2019, cuando las diferentes ramas de la familia fundadora acordaron la venta. El grupo, además de la marca principal, también regenta otras marcas como Ainhoa Cosmetics y Biomimetic Dermocosmetics. Las instalaciones de la compañía, incluida la planta de producción y los laboratorios, se ubican en un complejo de 16.000 metros cuadrados en Alcoy.
