El hecho de que las empresas tengan como principal objetivo la rentabilidad –en otras palabras, ganar dinero- no significa que no puedan contribuir a mejorar la sociedad y el entorno que les rodea mientras desarrollan su actividad. Un mensaje que cada vez cala más hondo entre las empresas alicantinas, sobre todo a raíz del protagonismo que ha adquirido la denominada Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por Naciones Unidas.

Así, hasta el 73,5% de las firmas asentadas en la provincia ya están familiarizadas con estos objetivos, y más de seis de cada diez ya tienen en marcha políticas internas de responsabilidad social, de acuerdo con el estudio el estudio Implementación de los ODS en Alicante, que ha elaborado Ineca para la Diputación de Alicante. El primero que se realiza de estas características en la zona y en el que han participado un total de 108 empresas de todos los tamaños, según ha explicado las autoras del informe y responsables de la Cátedra de RSC de la UA, Irene Bajo y Elena Galante.

En este sentido, el análisis revela que las compañías alicantinas son más proclives a abordar con este tipo de políticas los temas sociales que los medioambientales. Así, el Objetivo de Desarrollo Sostenible que más atención recibe es el relacionado con la promoción del trabajo decente y el crecimiento económico, en muchas ocasiones incluso sin ser conscientes de que las prácticas que promueven se encuadran en esta estrategia.

De esta forma, por ejemplo, casi nueve de cada diez firmas ofrecen formación continua a sus trabajadores para adaptarse a las nuevas tecnologías y también destacan el elevado porcentaje de empresas que cuentan con protocolos contra la violencia por razón de sexo (46%) o aquellas que aseguran tener en cuenta la empleabilidad de cada trabajador o sus circunstancias personales a la hora de adoptar decisiones de modificación de condiciones de trabajo (56%).

Por el contrario, dentro de esta esfera social, el ODS en el que menos se implican las firmas encuestadas es el relacionado con poner fin al hambre y la malnutrición, y con fomentar una alimentación saludable. Por ejemplo, sólo un 40% de las empresas realiza donaciones económicas directas, y apenas un 36% dona productos o servicios. Además, apenas el 24% tiene prácticas para combatir el desperdicio alimentario o para promover el fomento de hábitos saludables entre sus empleados.

La directora de Desarrollo Sostenible y Equidad de Hidraqua, Amelia Navarro, en la jornada organizada por Ineca. HECTOR FUENTES

En el ámbito medioambiental, el ODS que cuenta con mayor aceptación es el relacionado con los procesos de producción sostenibles y el consumo responsables. Siete de cada diez firmas consultadas cuentan con mecanismos para realizar un uso eficiente del agua, y un 58% aplican medidas para reducir el consumo en sus operaciones diarias. De esta forma, hasta un 85% de las empresas de la zona aplica principios de la denominada economía circular, que pretende reducir al máximo los residuos generados y reutilizar al máximo los que inevitablemente se produzcan.

En el lado opuesto, las autoras del estudio llaman la atención sobre el bajo grado de implicación que existe en Alicante con relación al ODS 14, que tiene como finalidad la protección de los ecosistemas marinos y costeros. Algo sorprendente, en opinión de Irene Bajo y Elena Galante, si se tiene en cuenta que nos encontramos en una provincia costera. Sin embargo, ni un 10% de las consultadas analiza el impacto de su actividad en la biodiversidad marina.

Al respecto, el presidente de Ineca, Nacho Amirola, ha recordado que será el cumplimiento de estos objetivos de desarrollo sostenible lo que permitirá “dejar un mundo mejor del que nos encontramos”, y ha animado a las empresas a seguir trabajando en esta vía. De la misma forma el diputado de Economía, Eduardo Dolón, ha destacado la importancia de este tipo de estudios para conocer la situación de la provincia y poder poner en valor todo el trabajo que se realiza.

De residuos en Mercalicante a fuente de biogás en la depuradora de Hidraqua

Lo que para una empresa puede ser basura, para otra puede suponer una fuente de energía. Así, los residuos alimentarios que se generan en Mercalicante contribuyen a aumentar la producción de biogás en la depuradora de Rincón de León del grupo Hidraqua, gracias a la colaboración que mantienen ambas compañías dentro del proyecto B-Smart Water, todo un ejemplo de las alianzas que promueve otro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así lo han expuesto la directora general del recinto mayorista, Dolores Mejía, y la directora de Desarrollo Sostenible y Equidad de Hidraqua, Amelia Navarro, durante su participación en la presentación del estudio sobre la implementación de los ODS en la provincia.

Más allá de este acuerdo, cada una de ellas ha expuesto la política de su empresa sobre la cuestión, que en el caso de Mercalicante se ha traducido, por ejemplo, en la donación de 36.500 kilos de alimentos, que han beneficiado a 6.500 personas; la instalación de 20.289 metros de placas de autoconsumo solar que han permitido que todo el consumo energético del recinto sea renovable, o las actividades de formación de trabajadores para mejorar su empleabilidad.

Por su parte, desde Hidraqua han hecho hincapié en la reducción de más de 23.600 toneladas en sus emisiones de CO2 –el equivalente a 360.000 viajes en coche a Madrid, ha explicado Amelia Navarro-; el ahorro de un 20% en el consumo per cápita de agua, gracias al control de fugas y la regeneración de caudales; o el aumento del porcentaje de mujeres directivas, que ya supera el 35%, entre otras muchas iniciativas