Uno de cada cinco autónomos desconoce cuánto pagará con el nuevo sistema de cotización

La provincia cierra el año con 138.451 trabajadores por cuenta propia, 1.172 más que en 2021 y 5.746 más que antes de la pandemia

Una imagen del Mercado Central de Alicante, donde la mayoría de los puestos está regentado por autónomos.

Una imagen del Mercado Central de Alicante, donde la mayoría de los puestos está regentado por autónomos. / Jose Navarro

David Navarro

David Navarro

Los cambios nunca son sencillos y aún menos cuando obligan a echar cuentas. Por eso a nadie le puede sorprender que el cambio en el sistema de cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores autónomos lleve de cabeza a buena parte de este colectivo, que en su gran mayoría pasará de pagar una cantidad fija mensual preestablecida –prácticamente nueve de cada diez cotizaba hasta ahora por la base mínima, lo que suponía pagar unos 294 euros mensuales-, a tener que calcular sus ingresos reales de forma regular para ajustar la cuota.

Tanto es así que uno de cada cinco de estos profesionales –el 21,3% para ser exactos- aún desconce qué cantidad le toca pagar con la entrada en vigor de la nueva normativa, a partir del 1 de enero, según una encuesta realizada por la asociación ATA. "Para eso están los asesores", apunta el responsable de ATA en la Comunidad, Alberto Ara, reflejando la realidad a la que se enfrentan la mayoría de los autónomos, que en su inmensa mayoría recurre a los servicios de terceros para manejarse en sus relaciones con la Administración. Una dependencia que ahora será aún mayor.

Como explica Ara, el objetivo final de la reforma es acercar las cotizaciones que pagan los autónomos a sus ingresos reales, como ocurre con los asalariados, para mejorar la sostenibilidad del sistema, pero también las prestaciones que reciben estos trabajadores del Estado. Y es que, el hecho de que la mayoría cotice por la base mínima –en el caso de Alicante son el 88%-, también se traduce luego menores ingresos cuando enferman o en pensiones mucho más bajas. En concreto, mientras la jubilación media de un alicantino asalariado se sitúa en 1.184 euros mensuales, la de un trabajador por cuenta propia apenas supera los 800 euros.

Los electricistas y otros oficios relacionados con la construcción han ganado autónomos en el último año.

Los electricistas y otros oficios relacionados con la construcción han ganado autónomos en el último año. / Pilar Cortés

Para ello el nuevo sistema lo que hace es crear hasta 15 tramos distintos, en los que cada autónomo deberá situarse en función de los rendimientos netos reales que consiga con su negocio. De esta forma, este 2023 quienes ganen menos de 670 euros mensuales pasarán a pagar 234 euros de cuota (60 menos que hasta ahora), mientras que los que ganen más de 6.000 euros, por poner los dos casos extremos, abonarán unos 510 euros. Sin embargo, en los próximos dos años irán modificándose estas cantidades hasta llegar al objetivo real que acordaron el Gobierno y las asociaciones del sector. Para entonces la cuota mínima habrá caído hasta los 204 euros y la máxima se habrá elevado hasta los 601 euros.

Hasta seis cambios

De momento, y para tranquilidad de ese 21% de despistados, los autónomos tienen todo el mes de enero y febrero para comunicar su estimación de rendimientos, para que se le empiece a aplicar la nueva cuota a partir del 1 de marzo. Posteriormente, podrán modificarla hasta seis veces, en función de cómo les vaya el negocio, tal y como señala el secretario general de UPTA-PV, Javier Pastor. Quien no lo haga, seguirá abonando la misma cuota que hasta ahora.

En cualquier caso, lo cierto es que la cantidad definitiva a pagar la calculará la Seguridad Social, con los datos que le pase la Agencia Tributaria de cierre del ejercicio. Entonces se realizará una regularización. Si el autónomo ha ganado más de lo que había estimado para calcular su cuota, deberá pagar la diferencia; y si es menos, será el organismo público el que le devuelva el dinero.  

Si estas novedades suponen un cambio de calado en todo el país, aún tienen mayor importancia en demarcaciones como Alicante, con un peso del trabajo por cuenta propia superior a la media nacional. En concreto, en la provincia hasta el 19,5% de todos los ocupados son autónomos, frente al 16,4% de la media nacional.

En concreto, al cierre del pasado año estaban dado de alta en el régimen especial de la Seguridad Social para estos profesionales hasta 138.451 personas. Son 5.746 más que antes de la pandemia, aunque si se tiene en cuenta únicamente el último año el incremento se reduce a sólo 1.172 personas, sobre todo por las dificultades que ha provocado la inflación y la subida de costes en algunos sectores como el comercio o la pequeña industria, donde, de hecho, se ha contraído la cifra de autónomos en el último año. Eso sí, una caída que se ha compensado por el auge de los profesionales por cuenta propia en otros sectores como la construcción (ligado al auge de las reformas y el mantenimiento), las inmobiliarias o las denominadas profesiones liberales (asesores, consultores, abogados,etc).

De momento, en las asesorías aseguran estar tranquilos, ya que han estado informando en los últimos meses de los cambios a sus clientes, según la presidenta del Colegio de Graduados Sociales, María Antonia Oliva, que recuerda las características especiales de esta primera semana del año, con muchos trabajadores de vacaciones o a medio gas. Sin embargo, desde ATA señalan que las consultas que llegan a la asociación ya se han disparado más de un 70%. En cualquier caso, será en los próximos meses cuando se vean los efectos reales del cambio.

Más del 70% de los afectados pagará lo mismo o menos

Los cálculos realizados, tanto por el propio Gobierno, como por las principales asociaciones señalan que más del 70% de los autónomos pasará a pagar una cuota menor y similar a la que abonaba hasta el momento, mientras que serán minoría los que tendrán que rascarse más el bolsillo. La medida será especialmente beneficiosa para aquellos autónomos con ingresos muy bajos, aunque esto también tiene su contraparte, como señala María Antonia Oliva, ya que hasta ahora también había quien interpretaba que quien no llegaba a unos ingresos similares al SMI no debía darse de alta. Un argumento que ahora queda sin valor.