Manuel Nieto, director territorial de Cajamar

Incertidumbre, retos y certezas para 2024

AEFA celebró, junto a Cajamar, su tradicional brindis navideño el pasado martes.

AEFA celebró, junto a Cajamar, su tradicional brindis navideño el pasado martes.

El año pasado, por estas mismas fechas, poníamos en valor la capacidad de las empresas familiares para adaptarse a un entorno de cambios constantes. Da la impresión de que, tras la irrupción de la pandemia de la covid-19 vamos de sobresalto en sobresalto económico: cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, aumento de los precios de las materias primas, invasión rusa de Ucrania, sequía…

Y, por desgracia, 2023 no ha sido diferente de los años anteriores. Al clima de desaceleración que nos ha acompañado durante todo el ejercicio se le ha venido a sumar, en el último tramo, el estallido de una nueva guerra en las proximidades de Europa, más concretamente en la franja de Gaza, invadida por Israel en su lucha contra el grupo terrorista Hamás. Un suceso que, sin duda, viene a generar más incertidumbre a un entorno ya de por sí demasiado incierto.

Y, como escribía entonces, las empresas familiares han mostrado de nuevo este año una capacidad de adaptación y, por tanto, de supervivencia francamente sorprendente. Es cierto que este es un comentario genérico y que hay empresas concretas, en sectores concretos, que están sufriendo con más intensidad las crisis superpuestas que nos están llegando.

Manuel Nieto, director territorial de Cajamar.

Manuel Nieto, director territorial de Cajamar. / INFORMACIÓN

Pero también lo es que, en este tipo de situaciones, las empresas familiares tienen un mayor porcentaje de supervivencia, merced al compromiso de los fundadores y de sus trabajadores (muchas veces miembros de la propia familia), que permite a estas empresas superar las adversidades y seguir adelante merced al esfuerzo conjunto de todos.

Este fenómeno se puede observar, por ejemplo, en el reciente informe de Cajamar y CEHAT sobre la sostenibilidad de los hoteles españoles, en el que se muestra cómo las empresas hoteleras más pequeñas (y, posiblemente, mayoritariamente familiares) ganaron relevancia durante los años 2020 y 2021, en los que la paralización de la actividad del sector fue la nota dominante.

El próximo año 2024 suponemos que nos traerá nuevas sorpresas, pero también comenzamos a descubrir algunas certezas. Por ejemplo, si bien no podemos cantar victoria definitivamente sobre la inflación, la contención de esta en los últimos meses nos hace vislumbrar un año venidero con precios y tipos de interés estables o, incluso, a la baja.

Además, podemos esperar una mayor contención del gasto público, merced a la reactivación de las reglas presupuestarias europeas. Y, por supuesto, también es segura la prevalencia del compromiso de Cajamar con las empresas familiares alicantinas de AEFA. No nos cabe la menor duda de que, pase lo que pase en este 2024, la apuesta por las empresas familiares y locales es una apuesta ganadora. Y ello beneficiará a toda la provincia de Alicante.