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Alfonso Jurado Gerente de café jurado

Alfonso Jurado: «El café se ha encarecido un 60% y no hay más remedio que subir el precio»

Alfonso Jurado, en las instalaciones de la compañía en Alicante. I Héctor Fuentes

Se puede decir que Alfonso Jurado (Alicante, 1955) lleva el café en las venas. Forma parte de la tercera generación al cargo de una empresa, Café Jurado, más que centenaria y que supone todo un referente del sector, sobre todo en la provincia y su área de influencia. Tras dejar atrás los efectos de la pandemia, la compañía retoma sus planes de expansión, tanto en el mercado nacional, como en el exterior –su próximo objetivo es Corea-, pero debe hacer frente al encarecimiento de más del 60% que ha sufrido la materia prima y que, en su caso, se suma a la subida de los costes del transporte o de la energía.

Alrededor del 70% de su facturación procede del sector hostelero, ¿cómo afrontaron ustedes las consecuencias del confinamiento, cuando muchos de sus clientes tuvieron que cerrar?

Fue espantoso, estaba todo el mundo prácticamente parado. En nuestro caso, tuvimos la suerte de que las ventas del retail, las grandes superficies, supermercados y demás, se incrementaron un 25% -porque la gente estaba confinada, pero tenía que tomar café en sus casas-, y ya, en cierto modo, eso nos ayudó a pasar esos meses. De todas maneras, durante el confinamiento la fábrica estuvo totalmente abierta, yo vine a trabajar todos los días. Eso sí, con la sorpresa de encontrarme la autovía sin ningún coche, algo que para mí fue asombroso. Pero, bueno, trabajamos y, poco a poco, todo fue abriendo.

¿Cómo quedó el ejercicio al final, cayeron mucho las ventas?

Sí, cayeron mucho. En la hostelería durante esos dos meses las ventas cayeron prácticamente a cero, pero con el incremento del retail pudimos superar la crisis. Lo que nos ayudó fue estar en diversos sectores y luego la exportación a otros países. Tenga en cuenta que vendemos en 22 países y en ese tiempo fuimos haciendo los pedidos que teníamos en curso y eso también ayudó.

Ustedes son una de las pocas empresas que han conseguido introducir sus productos con su propia marca en Mercadona, ¿eso también les ayudó?

Es cierto, somos prácticamente la única compañía de café que está en Mercadona con marca propia, por lo menos en esta región. Pero estamos en todas las cadenas de supermercados, estamos en el 100% de la distribución.

¿Y cómo está la situación en este momento?

En el caso de la hostelería aún nos falta un poco para llegar a las cifras de 2019, estaremos alrededor de un 5% por debajo, pero en distribución vamos muy bien porque hemos incrementado las cápsulas de aluminio y hemos incorporado un nuevo producto, como son las cápsulas de Dolce Gusto. También sube la exportación y todo eso ha contribuido a compensar la caída en la hostelería.

Entonces, ¿ya están en cifras similares a las de antes de la pandemia?

Sí, ya estaríamos por encima.

¿Ha notado algún cambio en los hábitos del consumidor con la pandemia?

Bueno, el consumidor se ha acostumbrado a tomar el café en casa, pero creo que será algo puntual y que volverá al bar a desayunar, sobre todo desde que han abierto las barras. Yo creo que volverá la actividad a la hostelería. A la gente le gusta tomar el café en el bar, leer un poco la prensa, si puede, y salir pitando al trabajo o a donde tenga que ir.

En cuanto al tipo de café, ¿ha variado algo?

No, gracias a Dios, en eso está todo igual.

¿Cree que se ha gestionado bien la pandemia?

Ha sido algo totalmente nuevo, que nos ha pillado a todos con el pie cambiado. Teniendo en cuenta esto y dentro de las dificultades que había, creo que se ha gestionado medianamente bien. Quizás se tendrían que haber tomado más medidas para proteger a las personas mayores y que no hubiera ocurrido lo que ha ocurrido, que ha sido espantoso.

¿Y desde el punto de vista empresarial, las ayudas han sido suficientes?

Bueno, los ERTE han ayudado muchísimo a muchísimas empresas. Nosotros mismos hemos tenido en ERTE al personal de distribución de los bares, aunque progresivamente fueron saliendo y ya no tenemos a nadie.

Y la recuperación, ¿cómo se está gestionando?

La recuperación nos está dando muchas sorpresas, porque es ahora cuando estamos viendo las consecuencias de la pandemia. La tirada del consumo y todos los problemas acumulados están disparando los costes energéticos –el petróleo ha pasado de mínimos históricos a máximos-, el transporte, las materias primas...

En su caso concreto, ahora que el consumo se está recuperando, se han encontrado con un precio del café disparado. ¿Cómo les está afectando?

Es nefasto. Hubo una helada en Brasil que acabó con buena parte de la producción y, además, hay sequía. A eso se suma que, por los contagios, tanto en Brasil, como en Vietnam, no se está recolectando el café en la misma medida y que los fletes están subiendo porque no hay contenedores. Y la tendencia es que todo esto no vaya a cambiar hasta dentro de ocho o nueve meses.

¿Cuánto se ha subido el café que compran?

La materia prima se ha encarecido un 60% y no nos queda más remedio que subir el precio a los clientes. Los stocks que teníamos se han terminado y no tenemos otra solución, no podemos asumirlo nosotros.

¿Cuánto subirá el café en el bar?

Pues la taza de café tendrá que subir entre 10 y 20 céntimos, porque al establecimiento también le ha subido todos los costes.

Aparte de repercutir la subida, ¿no se puede tomar otras medidas?

No hay otra posibilidad, por mucho que queramos. Y se está hablando de que el precio no bajará hasta dentro de 11 ó 12 meses, porque con la helada no sólo se ha perdido parte de la cosecha de esta campaña, sino que ha habido que arrancar árboles, y un cafeto tarda cinco años en dar fruto. Eso va a repercutir durante bastante tiempo en la recuperación del café.

Se está hablando mucho del precio de la energía, ¿cómo les repercute a ustedes?

Muchísimo. Estamos con gas propano, porque es lo más limpio y lo más higiénico, pero luego toda la distribución que hacemos con las furgonetas, también ha subido el gasoil. Hay subidas por todos los sitios. En términos generales, creo que este año no va a ser tan bueno como teníamos previsto en toda la industria, por todas estas circunstancias. Estos aumentos de costes van a frenar enormemente la recuperación..

En términos generales, ¿cómo sobrevive una empresa independiente como es Café Jurado en un sector en el que, al menos es la sensación que da, está muy dominado por multinacionales?

Esta empresa nació en 1912, llevamos ya 109 años. Estamos más que consolidados en el mercado y podemos competir perfectamente con cualquier multinacional, porque la confianza que tiene el consumidor en la marca ya es más que reconocida. Podemos competir con marca y con la experiencia y el saber hacer que tenemos. Mire, por ejemplo, nosotros nunca hemos cambiado los ‘blends’ (mezclas) de nuestros productos, con lo que el consumidor, después de cien años, va a tomar el mismo café.

¿Y cómo se portan las grandes cadenas de distribución? ¿Les aprietan mucho las tuercas?

Bueno, lógicamente ellos también han tenido muchos problemas y su obligación es buscar para sus clientes los mejores precios y las mejores opciones. Eso hace que a nosotros también nos aprieten, pero no con la finalidad de ganar más dinero, sino con la finalidad de tener mejor servicio con sus clientes. En cualquier caso, son muchos años ya conviviendo con todo el retail.

¿Por dónde va el futuro de la empresa? ¿Qué planes tienen?

Tenemos planes de expansión de nuestra red. Estamos ya en Albacete, Almería, Murcia, Palma de Mallorca, Jaén, Ciudad Real y, en general, en todo lo que es el Arco Mediterráneo, salvo Cataluña. Este año hemos abierto delegación en Almería y Granada, y hemos potenciado Málaga, con la compra de un distribuidor.

¿Qué supone la exportación para la empresa?

Supone ya cerca de un 12%. Estamos en 22 países y entre los más importantes están Rusia, Marruecos, Arabia Saudí, Dubai, Kuwait o China. Ahora vamos a empezar en Corea del Sur, tenemos mucho interés y ya tenemos puesto un pie allí.

¿Por qué en Corea?

Porque en Corea del Sur se ha incrementado muchísimo el consumo de café y es el momento ideal para entrar.

Antes comentábamos el mix entre distribución y hostelería, no sé si tienen pensado aumentar el peso de la distribución.

La hostelería va a más con la apertura de estas nuevas delegaciones. La idea es vender más en hostelería y que se vaya normalizando la situación. Aunque las cápsulas de Dolce Gusto y las compatibles con Nespresso van a más de forma natural, en hostelería hay que dar un servicio, un mantenimiento de máquina y hay que estar al lado del cliente continuamente.

Tienen un proyecto para recuperar las cápsulas de aluminio con el resto del sector, ¿en qué consiste?

Se ha constituido una sociedad a nivel nacional, donde estamos integradas 18 empresas, la Alianza para la Recogida y Recuperación de Cápsulas. No tiene ánimo de lucro y la idea es reciclar todas las cápsulas que sea posible. Se han cerrado acuerdos con cadenas de supermercados para poner contenedores para recogerlas y luego llevarlas a reciclar. Son un coste añadido que tenemos intención de hacer para que los plásticos y los aluminios no estén en zonas que no deben estar.

El café es uno de los productos que siempre ha estado en el punto de las ONG que demandan un comercio justo, ¿qué opina de esta corriente?

Nosotros tenemos varios proyectos de colaboración para contribuir al comercio justo. Colaboramos con una finca que se llama Icatú, en Brasil, y otra denominada Mocatán, en Colombia, a las que compramos y hemos hecho acuerdos con ellas. La idea es ayudarlas a que sean más sostenibles aunque sea con un precio un poquito más alto. También hemos visitado México, Costa Rica y Vietnam con finalidad de buscar fincas a las que podamos ayudar.

¿Le llaman muchos fondos de inversión para entrar en la compañía?

Sí, en alguna ocasión han llamado a la puerta. Pero la idea de esta gente es entrar y luego salir, y no nos interesa.

¿Cómo ve la situación económica en España?

La veo complicada. Hasta que empiecen a venir los fondos europeos, la veo complicada. Y esperemos que sepan utilizar correctamente este dinero para potenciar la industria y hacer cada vez empresas más grandes, que es lo que necesita este país, empresas grandes.

Hay un problema de tamaño empresarial...

Tenemos un problema muy grande de tamaño empresarial. El poder que generan las grandes facturaciones y la capacidad de I+D+i no lo tienen las empresas pequeñas. Los fondos tienen que ayudar a hacer empresas más grandes. Y otra cosa importante es dignificar la figura del empresario, que es el que realmente genera puestos de trabajo y el que genera riqueza en el país.

Sobre ese asunto, desde la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), a la que usted pertenece, se ha criticado en alguna ocasión que el Gobierno actual no ve al empresario como aliado.

El Gobierno no apoya al empresario como debería, y el Gobierno no crea riqueza, el que crea riqueza es el empresario.

¿Hay alguna medida en concreto que eche en falta?

Todas las administraciones deberían ser más ágiles a la hora de conceder las licencias, y que se puedan ejecutar los proyectos lo más rápidamente posible. Que las inversiones no se queden aparcadas meses y meses pendientes de realizar.

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