Apenas un centenar de seguidores rojiblancos se dieron cita anoche entre Alicante y Elche para recibir al Atlético de Madrid, que esta tarde (16.00, C+L-Gol) abre en el Martínez Valero la decimocuarta jornada en Primera. Con media hora de retraso -lo que conlleva la devolución del cincuenta por ciento del coste del billete- llegó a la estación alicantina el AVE procedente de Madrid con la expedición «colchonera» a bordo, que cogió rauda el autobús rumbo a su hotel de concentración en Elche, el Huerto del Cura.

Unas 80 personas aguardaron con paciencia y frío en la estación la salida de sus ídolos, que apenas se detuvieron a saludar, firmar autógrafos o hacerse fotos con los seguidores. A excepción de Godín, Tiago, Raúl García, Griezmann y el «Mono» Burgos, los demás jugadores y técnicos pasaron como una exhalación por la terminal hasta el autocar. Al grito de «¡uruguayo, uruguayo!» y «¡no te vayas al Manchester United!», Diego Godín fue el más receptivo y atento con la hinchada, en su mayoría de la ciudad de Alicante, pero también llegada desde La Vila Joiosa y Petrer.

Tanto en Alicante como en Elche, la afluencia de la «tribu atlética» fue considerablemente inferior a la de la temporada pasada, a pesar de que anoche llegó casi dos horas antes. La menor presencia de seguidores rojiblancos pudo deberse al temor a posibles incidentes a raíz de la reyerta mortal del pasado domingo entre seguidores radicales del Atlético y el Deportivo en las inmediaciones del Calderón que se saldó con un muerto, según reconocieron fuentes policiales. El despliegue de miembros del Cuerpo Nacional se limitó a cuatro coches patrulla y una veintena de agentes.

«La expulsión del Frente Atlético no nos afecta a nosotros y lo que no puede pasar es que paguemos justos por pecadores», se lamentaba Aída, llegada desde La Vila con una pancarta de apoyo a su gran ídolo Arda Turan. «Cuatro mil seguidores limpios no pueden pagar por cuatro violentos», añadía Míriam, de Alicante, que emplazó a clubes, federación y Gobierno a erradicar la violencia en el fútbol.

Cerca de una hora aguardaron todos ellos en Alicante la salida, vista y no vista, de los jugadores y del entrenador, Diego «el Cholo» Simeone, que fue uno de los primeros en ganar el autobús y también de los más aclamados, junto a Arda Turan, Koke y Godín. Ataviados con el chándal azul celeste de la presente temporada, los jugadores se destacaron a lo lejos entre un considerable número de pasajeros que llegó también a Alicante en el penúltimo AVE de un viernes de «puente» festivo. Pero la decepción cundió entre buena parte de los aficionados -un buen número de ellos niños con sus camisetas rojiblancas- por la escasa atención que les prestaron los futbolistas. Más de uno se acordó del mejor trato que el año anterior les dispensaron Diego Costa, Villa, Courtois y el mismo Simeone.

La desatención se repitió a su llegada al Hotel Huerto del Cura, donde esperaban unos 40 aficionados y sólo Godín y Cebolla se detuvieron para posar con varios y una bandera de Uruguay. Ni siquiera el ilicitano Saúl Ñíguez se detuvo a saludar a sus paisanos. Cosas de las estrellas más o menos en ciernes.