La leyenda de Nino no tiene fin. Un gol del veterano delantero y capitán del Elche en el minuto 81 clasificó ayer en La Romareda a los franjiverdes para la gran final por el ascenso a Primera División, que se disputará el jueves y el domingo próximos ante el Girona. Tras el 0-0 de la ida y en otra gran demostración de espíritu colectivo, sacrificio y trabajo de equipo, el conjunto ilicitano supo sufrir y resistir ante un notable Zaragoza y, cinco años después de su traumático descenso administrativo, ya está a sólo dos pasos de su retorno a la élite.
Además del gran tanto del ariete almeriense -gestado en un excelente pase al espacio de Víctor Rodríguez para la carrera y posterior centro del lateral Juan Cruz-, también fue providencial, como de costumbre, la portentosa actuación del portero Edgar Badia. Cuando más atacó, dominó y lo intentó el equipo de Víctor Fernández, el meta catalán del Elche siempre respondió con paradas salvadoras. Para mantener primero el 0-0 ante Raúl Guti y el exfranjiverde Miguel Linares; y ya en el tramo final para detener en el minuto 85 un penalti lanzado a lo Panenka por Javi Ros que, de haberlo convertido en gol, le habría puesto mucha pimienta y emoción a los últimos instantes.
Tal y como anunció el sábado, Pacheta «revolucionó» la alineación titular para refrescar a un equipo muy cargado en esta incierta mini-temporada tras el confinamiento. Sólo cuatro jugadores repitieron en La Romareda con respecto al partido de ida (Edgar Badia, Gonzalo Verdú, Juan Cruz y Nino). De modo que el técnico apuró a fondo para oxigenar todas las líneas de su equipo: Óscar Gil y Dani Calvo en la zaga; Manuel Sánchez y el añorado Víctor Rodríguez en el centro del campo; Josan Ferrández y Fidel en los extremos y Dani Escriche en punta por el sancionado con dos partidos Jonathas de Jesús. En este último envite, el preparador no quería verse superado en el apartado físico. Enfrente, y por contraste, el técnico zaragocista Víctor Fernández sólo apostó por una novedad: Álex Blanco en lugar del veterano Zapater.
El partido arrancó con otro aire distinto de la ida y, sobre el perfecto estado del césped de La Romareda, el Zaragoza se mostró más agresivo e intenso con la presión adelantada y molestando el inicio del juego franjiverde. El cuadro maño apretó de lo lindo y dio la sensación de tener las ideas más claras que el ilicitano, superado en el centro del campo, en el que Manuel Sánchez vio demasiado pronto (minuto 5) una tarjeta amarilla evitable por pugnar con un rival con los brazos abiertos. Manolín quedó condicionado demasiado pronto para ejercer su especialidad: el corte y el trabajo táctico y defensivo en el eje del equipo.
Con todo, el signo de la eliminatoria pudo cambiar muy pronto, en el minuto 3, cuando Josan centró con mucho peligro desde la banda derecha y entre el portero local Cristian y un defensa casi se introducen el balón en su portería. Replicó pronto el cuadro blanquillo, cinco minutos después, cuando a la salida de un córner Raúl Guti puso a prueba la agilidad del meta Edgar Badia con un gran latigazo desde fuera del área rechazado por el portero catalán del Elche. Insistían los aragoneses y sufrían los franjiverdes, con poca capacidad para hilvanar juego y descansar el balón, a pesar de los intentos de Víctor Rodríguez y del repliegue de Nino varios metros para ayudar en la elaboración.
Camino de la media hora de juego, Edgar Badia volvió a acreditar su condición de uno de los mejores porteros de la categoría con otra gran intervención, mano a mano, ante el exfranjiverde Linares, que recibió un gran servicio de Kagawa, pero se topó con el arquero. Frente al dominio local, el Elche lo intentaba con acciones aisladas y en una de ellas, un gran centro de Juan Cruz no encontró el cabezazo que merecía por parte de Dani Escriche, muy luchador pero desasistido. En esta fase de control maño llegó la pausa de hidratación, que fue un respiro para los franjiverdes, puesto que consiguieron frenar el ímpetu del Zaragoza, nivelar la contienda e irse al descanso sin mayores daños y con la necesidad de mejorar en el segundo acto.
Tras la reanudación, el Zaragoza mantuvo la iniciativa con frecuentes incursiones por su banda izquierda, en la que sufrían Óscar Gil y Josan ante Burgui y Nieto. En el minuto 50, una internada del primero con pase atrás fue rematada por Kagawa y el balón se estrelló en el larguero de Badia.
Pero este Elche nunca se rinde. Sabía que necesitaba un gol para pasar a la final y se animó a buscarlo con la entrada de Folch para poner orden e Iván Sánchez para agitar. Casi consiguen los franjiverdes el 0-1 en un soberbio lanzamiento de falta directa de Fidel en el minuto 70, rechazado por Cristian.
Pese a diferentes fases de inferioridad, el equipo de Pacheta nunca se descompuso: supo sufrir, madurar el partido y esperar su oportunidad en el minuto 81 con el gran gol de Nino para delirio e la parroquia ilicitana, que lo celebró con cohetes cerca de la medianoche. Para espantar los fantasmas de los últimos minutos, Edgar Badia detuvo el penalti a lo Panenka de Javi Ros -cometido innecesariamente por Óscar Gil sobre Burgui- y el Elche se ganó a pulso su derecho a seguir soñando con pasar del infierno de Segunda a la gloria de LaLiga Santander en apenas dos años. Gloria y honor para este grupo honesto y entregado liderado por Pacheta, que ha hecho del juego solidario y comprometido sus señas de identidad.
El dueño Bragarnik en el palco y dos partidos de sanción al brasileño Jonathas de Jesús
El dueño Bragarnik en el palco y dos partidos de sanción al brasileño Jonathas de JesúsEl propietario del Elche, el argentino Christian Bragarnik, reapareció ayer en público y presenció el partido en palco de La Romareda tras varios meses en Argentina. Por otra parte, el delantero franjiverde ha sido sancionado con dos partidos de suspensión tras su expulsión en la ida ante el Zaragoza por dar una patada a un defensa rival. A pesar de que no podía jugar ante el conjunto maño, Jonathas viajó con el grupo hasta Zaragoza. La expedición franjiverde la integraron los 21 profesionales y cuatro canteranos: Jony Álamo, Nacho Pastor, Diego Bri y Luis Castillo.
