La piscina cubierta del polideportivo de El Pla ha sido el escenario, en sólo tres noches, de dos actos vandálicos que han llegado a afectar y a despertar la preocupación de algunos de sus usuarios. Según los trabajadores de estas instalaciones, la mañana del lunes descubrieron que las carpinterías de las ventanas y el mueble de la taquilla habían sido forzados para obtener un botín de 200 euros, por lo que decidieron bloquear estos accesos. Sin embargo, ayer volvieron a encontrarse con los desperfectos ocasionados, probablemente, por los mismos individuos que, como en esta ocasión no pudieron repetir el robo, la emprendieron con dos de las cristaleras y, posteriormente, lanzaron los vidrios a la piscina principal.

Esta acción obligó a los socorristas y a los encargados del mantenimiento a acordonar la zona y a recoger las múltiples esquirlas que estaban depositadas en el fondo del agua. Por eso, tal y como explicaron posteriormente, hasta las 13 horas, cuando se consideró que la seguridad de los bañistas estaba totalmente garantizada, los usuarios no pudieron utilizar las instalaciones.

Miguel Lirón, un vecino de la zona, manifestó su malestar por este último episodio y reclamó una mayor vigilancia y dureza contra los culpables para evitar unos hechos que "se repiten cada año". El edil de Deportes, Federico Buyolo, también lamentó lo ocurrido, pero descartó la posibilidad de situar guardias jurado por la noche para evitar unos hechos que calificó como "habituales en verano".