El servicio de Neurología del Hospital General de Elche tiene entre sus enfermos a la paciente con parkinson avanzado más joven de España. Se trata de una ilicitana de 40 años a la que se le diagnosticó la enfermedad hace ya 24 años y a la que se le está aplicando un nuevo tratamiento encaminado a frenar los síntomas de esta patología neurodegenerativa.

Según los especialistas ilicitanos, la paciente está siendo tratada con resultados satisfactorios en el centro ilicitano mediante la técnica de suministro de su medicación, la denominada levodopa, por vía intraduodenal.

Este nuevo tratamiento ha permitido mejorar la movilidad de una paciente que estaba gravemente alterada por el avance de la enfermedad, y en la que se ha logrado disminuir la rigidez, los temblores que presentaba y en la que se han disminuido e incluso eliminado en algunos casos los bloqueos en sus movimientos. "Es decir, el tratamiento que se le está aplicando está permitiendo, en definitiva, mejorar la calidad de vida y autonomía de pacientes como ésta. Asimismo, estas mejorías repercuten positivamente en la calidad de vida de los familiares de los pacientes", indicó la doctora María Álvarez, la especialista encargada de liderar el tratamiento y la atención de los pacientes con parkinson en el Hospital General.

La especialista del servicio de Neurología del Hospital General señaló que "en nuestro departamento sanitario existen entre 320 y 350 pacientes diagnosticados de parkinson. La enfermedad se suele dar en personas mayores de 60 años y presenta una evolución lenta, pero existen también casos de parkinson avanzado que no son tan frecuentes, y mucho menos en edades jóvenes".

Los especialistas ilicitanos aseguran que la mayor parte de los pacientes se controlan con fármacos por vía oral, concretamente con la denominada levodopa, pero en el caso de los pacientes con parkinson avanzado, con complicaciones tanto motoras como no motoras, los fármacos orales no presentan los mismos resultados, por lo que son tratados con levodopa intraduodenal con el objetivo de facilitar la absorción del medicamento. Precisamente éste es el caso de esta ilicitana a la que los médicos le administran la levodopa directamente a la parte del intestino encargado de la absorción mediante una sonda insertada en la piel a nivel abdominal. "Así se consigue que el fármaco se absorba directamente y de forma continua durante todo el día, mejorando notablemente los síntomas y la calidad de vida de los pacientes", aseguró la doctora Álvarez.

Por su parte, Andrés Navarro, jefe de servicio de Farmacia explicó que "la levodopa, un fármaco que se conoce desde hace más de 50 años, sigue siendo el tratamiento con efecto sintomático en los pacientes con parkinson, pero el suministrado mediante este procedimiento se considera un fármaco huérfano, es decir, sólo utilizado en casos muy concretos (de uno a dos por cada 100.000 habitantes). Actualmente ya se ha tratado a tres pacientes mediante esta técnica en el departamento sanitario y estimamos que la cifra podría llegar a seis al finalizar el año".

La doctora Álvarez subraya que "el tratamiento mediante este procedimiento requiere de un equipo multidisciplinar formado por neurólogos, endoscopistas, radiólogos, farmacéuticos y enfermeros, además un hospital con una serie de requisitos y recursos muy específicos y de calidad".

Una patología frecuente en hombres mayores de sesenta

El parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta al sistema nervioso, especialmente al área encargada de coordinar los movimientos y el tono muscular, de forma que conduce a una incapacidad progresiva del paciente. La patología afecta a nivel mundial a un 1% de la población, es decir a 100 de cada 100.000 habitantes. Se trata de un trastorno que afecta las células nerviosas, o neuronas, en una parte del cerebro que controla los movimientos musculares. En la enfermedad de parkinson, las neuronas que producen una sustancia química llamada dopamina mueren o no funcionan adecuadamente. Los síntomas de la enfermedad pueden incluir temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara; rigidez en los brazos, las piernas y el tronco; lentitud de los movimientos o problemas de equilibrio y coordinación. A medida que los síntomas empeoran, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades para caminar o hacer labores simples. También pueden tener problemas como depresión, trastornos del sueño o dificultades para masticar, tragar o hablar. El parkinson suele presentarse en personas que rondan los 60 años, pero puede aparecer antes y es mucho más común entre los hombres que entre las mujeres.