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El móvil como única vía social

Muchos inmigrantes convierten el hecho de hablar por teléfono en un acto público para evitar el aislamiento en su entorno

El móvil como única vía socialAntonio AMorós

«La primera frase que nos dicen cuando descuelgan el teléfono es ¿estás bien? Y contestamos que sí siempre aunque sea mentira». Pape Seck es originario de Dakar, pero vive en Elche desde hace nueve años. Desde que llegó a la ciudad habla regularmente con su familia por teléfono, una vez por semana, sobre todo durante los fines de semana. «Así mantenemos el hilo, nuestras raíces y la unión con los orígenes».

Como él, muchos inmigrantes de África Subsahariana que viven en Elche aprovechan las horas nocturnas para hablar por teléfono en la calle con sus familiares y amistades repartidos por el mundo, no sólo para preguntarles si están bien o necesitan ayuda, si no, en muchos casos, para mantener un contacto social que puede ser duro encontrar en el día a día con los vecinos más cercanos.

A pesar de que Elche es una ciudad en su mayor parte integradora, según la socióloga Ester Bonmatí, muchas de las personas migrantes que llegan a la ciudad, especialmente los recién llegados, hacen del teléfono móvil su principal forma devida socialpara combatir el aislamiento en su entorno inmediato.

Según Bonmatí, el hecho diferencial que convierte estas conversaciones en un acto social tiene dos principales vías. La primera, que suelen ser conversaciones muy largas y que se dan a menudo, casi a diario. La segunda, que estas llamadas se hacen en la calle, que las personas no lo interiorizan como un acto privado o personal, si no que, saliendo fuera, están convirtiendo el acto de hablar por teléfono en algo público, una forma de hacerse ver y notar ante la gente que les rodea.

La socióloga afirma que esta tendencia tiende a suavizarse conforme la persona pasa más tiempo en la ciudad y comienza a crear nuevos círculos sociales, pero que es un proceso lento en el que el aprendizaje del idioma es algo clave.

«Para las personas de países de habla francófona es más fácil empezar la integración porque aprenden a hablar la lengua más rápidamente, pero las comunidades anglófonas, como los nigerianos, encuentran un handicap añadido».

Pape Seck, Ibrahim Bodian, Baseku Cisse y Alassane Diao llegaron desde Senegal a Elche para mejorar su vida, especialmente en el terreno económico. A pesar de que los cuatro llevan viviendo entre 8 y 10 años en la ciudad y que ya tienen trabajos estables, viven solos y han dejado atrás en su país de origen a sus parientes. «Estamos sufriendo para mejorar la familia», afirma Seck. Alassane Diao es el presidente de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses de Elche, un grupo que se creó para, precisamente, ayudar a la integración de los recién llegados a Elche y a crear un núcleo de reunión y ayuda.

Diao asegura que con la asociación garantizan que los nuevos residentes, a menudo sin papeles, puedan tener techo y comida hasta que obtengan un trabajo. «La solidaridad es la clave», según Diao. Así, también cooperan en la búsqueda de empleo, en que la gente no se encuentre perdida en la ciudad. Pero, añade, la integración debe venir de todos los grupos que conviven en la ciudad y hace un llamamiento al Ayuntamiento para que colabore en aportar logística para poder celebrar sus días grandes como la fiesta del cordero o el día de la Independencia y a los ilicitanos para que «con una simple sonrisa o palabra amable, los nuevos vecinos se sientan abrazados».

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