Cruz Roja detecta un aumento en el consumo de drogas y dispensa más de 7.700 jeringuillas

El programa de atención a drogodependiente de la Cruz Roja atendió hasta finales del pasado año a 119 usuarios adictos al consumo de sustancias estupefacientes, a los que facilita apoyo sanitario y de inserción social para tratar de paliar las consecuencias de esas adicciones. Y es que el consumo de drogas y los enfermos que desarrollan una patología adictiva alrededor de ellas, lejos de descender, ha crecido. Así, 2017, tal y como señalaron desde la entidad, ha sido el año que más usuarios se ha atendido desde 2015, lo que supone un incremento del alrededor del 5% en cuanto a personas que piden ayuda a Cruz Roja.

Se trata de usuarios con alto riesgo de exclusión social, que no tienen recursos, viven en la calle, o en situación de precariedad, y que su adicción no les deje, en muchos casos, salir de ese círculo vicioso.

El programa de ayuda a estas personas se desarrolla con visitas diarias al barrio de Los Palmerales, entre la Comisaría de la Policía Nacional y la Ciudad de la Justicia. La furgoneta de Cruz Roja se instaura frente al comedor social del barrio, pues muchos de estos usuarios también acuden a estas instalaciones, precisamente por esa exclusión social y escasez de recursos, y así aprovechan la cercanía para establecer un vínculo de confianza que les permita ayudarles.

Uno de los objetivos principales es el programa de intercambio de jeringuillas, por el que la entidad facilita nuevas agujas a los drogodependiente que se administran heroína y cocaína por vía intravenosa, con el fin de prevenir infecciones y contagio de enfermedades por compartir agujas. Las cifras hablan por sí solas. En todo 2017, Cruz Roja repartió 7.723 jeringuillas. Una cifra muy similar a las que recogió: 7.686. Y es que otro de los objetivos pasa por recoger esas jeringuillas y evitar que acaben en la vía pública, ya que puede ocasionar que viandantes se pinchen por accidente, con el riesgo sanitario que eso conlleva.

La parte sanitaria es fundamental, por lo que cada kit se compone de toallitas limpiadoras y desinfectantes, la jeringuilla, agua y hasta preservativos, para evitar contagios y enfermedades también por la vía sexual. El año pasado, entregaron 5.105 profilácticos, aunque estos no se limitan solo a los usuarios del programa de drogodependencia, sino que se dean a cualquier persona que se acerque al furgón.

Atención integral

La atención se realiza de forma integral, con psicólogos, personal médico y trabajadores sociales. «Estas personas en muchas ocasiones están totalmente apartadas del sistema sanitario. No visitan un médico, no tienen teléfono o internet para pedir cita. Así que los médicos de Atención Primaria también están en contacto con nosotros para recordarnos que deben acudir, realiza tratamientos, u otras cuestiones», asegura una de las trabajadoras de Cruz Roja, vinculada al proyecto.

El trato cercano, la relación de confianza y la ausencia de prejuicios hace que los usuarios se abran al personal de la entidad y, en algunas ocasiones, hasta abre la vía a que abandonen el consumo. «Esa es la mayor satisfacción, lo que le da sentido a este trabajo», concluyen desde la entidad.