Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desvalijados en cinco minutos

Casi 200 pisos fueron asaltados el primer semestre de 2020 en Elche. La Policía considera que ha salvado el verano por la ausencia de bandas

Objetos sustraídos en viviendas tras ser recuperados por la Guardia Civil.

La sangre fría que demuestran los ladrones de viviendas es inversamente proporcional al dolor que causa en los moradores saber que su bien más preciado ha sido asaltado y, la mayoría de veces, a plena luz del día. La Comisaría de Elche informó el pasado año de 562 asaltos a pisos con cifras muy dispares entre los trimestres; así, el segundo, de abril a junio, registró más de la mitad del total: 286 (tres cada día), lo que los investigadores atribuyen a la presencia de bandas especializadas, especialmente formadas por delincuentes extranjeros, no a cacos de poca monta. En cambio, el primero, registró solo 55 (uno cada dos días) denuncias.

Pero es el verano, por las especiales circunstancias que conlleva: desplazamientos a segundas viviendas, vacaciones y edificios prácticamente vacíos, lo que desata las alarmas, eso sumado a que los ciudadanos tienen muy poco sentido de la seguridad, da lugar a sobresaltos y disgustos. Apenas hay alarmas en la mayoría de viviendas y en el mejor de los casos se coloca una segunda cerradura para disuadir al ladrón. Pero la mayor parte de veces no da resultados y, precisamente, eso es lo que les llama la atención: otra cerradura, pero no más protección. ¿Qué esconderán?, se preguntan los asaltantes ante la puerta.

«Un asalto-asalto dura no más de dos o tres minutos, los ladrones nunca actúan solos. Van dos o tres, no más para evitar levantar sospechas, aunque también hay solitarios. Y si pueden entrar a media tarde o media mañana, mejor que mejor, y de lunes a viernes pero también sábados o domingo», explica un responsable policial para definir el perfil de una buena parte de los ladrones. Y otro dato, muchas veces, acuden a su trabajo con una compañera que le sirve de ayudante pero, al mismo tiempo, le permite no despertar sospechas ante los ojos de vecinos porque ¿quién iría a robar con su pareja? «Las herramientas que utilizan van en una mochila pero eso no sorprende porque, ¿quién no ve a alguien por la calle con una de ellas a diario?», añade.

De enero a junio de este año, según Interior, 197 chalés, áticos, viviendas, dúplex o adosados han recibido esta desagradable visita en el municipio de Elche. Dos terceras partes, de enero a marzo (135). Los 62 asaltos cometidos en mitad de la pandemia (abril a julio) son un dato más que curioso porque la mayor parte de ese trimestre nadie podía salir a la calle sin una justificación y, a día de hoy, robar no lo es.

Dos aspectos importantes sobre la seguridad recuerdan desde el Ministerio del Interior organismo que, curiosamente, desde hace años parece haberse olvidado de las tradicionales campañas para explicar cómo prevenirse un robo (evitar que se acumule la correspondencia, informar a un vecino o familiar de mucha confianza de que nos vanos, no alardear de viajes ni mostrar signos externos, dejar alguna bombilla encendida o con un sistema automatizado para no dar sensación de ausencia...). Uno de estos aspectos es que cuando nos vamos, y en el que no reparamos, es que hay que esconder todo lo que tengamos de valor y sí, vale el congelador, como vemos en las películas. Puede ser una buena alternativa porque lo primero que van a hacer los ladrones en sacar, prácticamente arrancar, los cajones de cómodas, armarios o mesillas de noches, y volcarlos con la misma violencia sobre el suelo como la paciencia que uno tuvo a la hora de ordenarlos. «El buen robo no dura más de cinco minutos incluyendo reventar la puerta. Igual han vigilado durante días la finca y el día del asalto han esperado con paciencia hasta ver cuál era el buen momento. Conocen las cerraduras, todas, y saben cómo abrirlas porque de otro modo no entran y si ven que la finca es segura para sus propósitos, si hay puertas cortafuegos que les permiten algo más de intimidad, no van a por un piso, van a por dos y de forma simultánea. Se arriesgan algo más si cuentan con un tercer cómplice que les puede dar el agua (avisar de forma sonora) en cualquier momento de algo inesperado».

Y ladrones hay muchos son categorías como lo son los pisos que asaltan. A más nivel social, más profesionales y mejores medios. Donde hay una caja fuerte, nadie que no lo sepa va a intentar entrar para llevársela porque hay códigos si uno quiere durar en esta profesión que tiene auténticos veteranos.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats