Cinco años después de que le diagnosticaran un cáncer de mama la arquitecta ilicitana Marian Cáliz se embarcará el próximo 12 de octubre en una de las mayores aventuras de su vida. Junto a otras cuatro mujeres que han superado la misma enfermedad se subirá en Bilbao a un barco V70 de regata extrema, como los de la Volvo Ocean Race, para completar la vuelta a la península ibérica durante doce jornadas que tendrán su punto final en Barcelona. Entre la salida y la meta le tocará atravesar el Cantábrico, el Atlántico, el Estrecho y el Mediterráneo, así como pasar por los puertos de Cádiz, Málaga o València para completar el Reto Pelayo Vida 2020, un desafío que pretende plantar cara al cáncer y poner el acento en la importancia que tienen la prevención, le detección, los hábitos de vida saludable o la inversión en investigación para frenar una de las enfermedades más crueles.

La expedición estará formada por doce personas, ya que Marian Cáliz y sus cuatro compañeras de aventura viajarán acompañadas por cuatro profesionales de la navegación, entre ellos la campeona olímpica Ángela Pumariega y el seleccionador nacional de vela Diego Fructuoso, dos cámaras que se encargarán de grabar todas las imágenes de la travesía para el documental que se estrenará posteriormente y el ideólogo de este proyecto, Eric Frattini, quien puso el reto en marcha en 2015 como homenaje a un amigo fallecido por la enfermedad llevando a cinco mujeres que habían superado un cáncer de mama hasta la cumbre del Kilimanjaro. Dadas las particularidades que está deparando este año el covid-19, la organización ha optado por adaptar la aventura, decidiendo que la forma más segura de llevarla a cabo era sin salir de la península y con los participantes en un barco.

Más de 300 mujeres se han prestando este año para participar en el reto, lo que demuestra la criba que ha tenido que superar Marian Cáliz para embarcarse el próximo 12 de octubre. «En mi DNI pone que tengo 48 años pero mi sensación es la de tener 5 porque el cáncer supuso un punto de inflexión para mí», asegura la arquitecta ilicitana, que lleva todo el mes de septiembre entrenando junto a su entrenadora, Marien Ramos Maestre, en el Club Náutico de Santa Pola para afrontar un reto físico y deportivo con el que quiere demostrar a otras personas que estén pasando por un momento duro de la enfermedad que se puede salir adelante.

Para la representante de Elche en este desafío, más allá de lo que supone recorrer la península en un barco, este reto también le está permitiendo dejar atrás los miedos a hablar del cáncer y abrirse a contar su experiencia en público. «No tenía problemas para hablar de lo que me ocurría con mi entorno, gracias a mis personas más cercanas puede superar el mal trago, pero sí que me daba pudor hacerlo con otra gente. Me aislé y viví el proceso de forma individual. Ahora he descubierto que puedo ayudar a muchos, a la vez que sigo aprendiendo de los demás», resume.

Ni Marian Cáliz ni sus cuatro compañeras tienen experiencia en el mundo de las regatas, aunque la ilicitana asegura que siempre le ha gustado practicar deporte. Ahora, tras haber superado su cáncer, está preparada para afrontar un nuevo desafío que puede servir de ayuda, ejemplo y motivación para muchos.