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Opinión

Compromís, bajo las faldas del PSOE

González sabía que ahora decirles «no» se iba a quedar en una simple rabieta que, además, Compromís, de forma equivocada, ha multiplicado.

Esther Díez, portavoz de Compromís per Elx ESTHER DIEZ, CONCEJALA, BICIELX

El papel de Compromís como socio del PSOE en el Ayuntamiento de Elche parece que haya ido de más a menos en estos dos mandatos en los que le ha dado su apoyo a Carlos González para que fuera regidor a cambio de compartir gobierno. Y esta sensación de que está en caída libre se produce cuando está haciendo más cosas o al menos las está sabiendo visibilizar mejor.

Hasta 2019, con Mireia Mollà de portavoz, era un partido de contrapoder con cuatro concejales. Entonces parecía que tenían un peso decisivo a la hora de la toma de decisiones políticas, más incluso que la capacidad que demostraron en la gestión y aun cuando sus votos ni eran suficientes para tener la mayoría en el pleno, pues hizo falta sumar a un tercer partido. Pero todo sabíamos a qué jugaban. Ahora, la negativa que han recibido del PSOE hace solo unos días a un proyecto medioambiental muy respetable e interesante para el cauce del Vinalopó, que se financiaría con fondos europeos y en el que muchos podrían ver tras él otro peldaño más en ese cada vez más utópico objetivo de lograr ser Ciudad Verde Europea en 2030, puede responder a motivaciones objetivas o no. Es evidente que el proyecto genera problemas pero también beneficios. La diferencia es que González sabía que ahora decirles «no» se iba a quedar en una simple rabieta que, además, Compromís, de forma equivocada, ha multiplicado al exteriorizarla. González llegó a asegurar en una publicación en Wordpress, entre la retahíla de sus motivaciones para rechazar el cambio de fisonomía del cauce, que en el pacto de gobierno PSOE-Compromís ni figuraba la petición. ¿Aparecía la privatización 50 años de las Clarisas que él lidera? Tampoco, ¿verdad?

"...Compromís esté terminando este segundo mandato siendo rehén de la cómoda situación en la que les ha colocado el regidor"

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El PSOE ha dejado en evidencia a sus socios y Compromís no ha tenido capacidad de reacción porque salir, como hizo su portavoz Esther Díez para explicar un proyecto fracasado por la negativa socialista y echarles la culpa se queda muy corto para lo que hubiera hecho, por ejemplo, Mireia Mollà. Y esto, ¿por qué ha sido así?, probablemente, porque Compromís esté terminando este segundo mandato siendo rehén de la cómoda situación en la que les ha colocado el regidor y porque Díez está muy pero que muy sola. Antaño, la sensación que daba era que los socialistas, pese a tener la Alcaldía, en muchos asuntos eran rehenes de los de Mollà. Ya no.

La actual portavoz nacionalista, que se quedó fuera del salón plenario en 2019 al perder su formación dos de los cuatro ediles que tenía y que, recordemos, entró en el Ayuntamiento solo tras el nombramiento de la cabeza de lista como consellera de Agricultura, ha hecho una apuesta decidida y valiente por el Medio Ambiente o la Movilidad, áreas de gobierno en las cuales el PSOE le ha dejado hacer sin inmiscuirse. Mientras, ellos han mirado para otro lado sobre lo que hacían los socialistas sin que asuntos que en el anterior mandato habían escocido y mucho en la Alcaldía, como por ejemplo la manifiesta oposición de Compromís a la terraza ilegal del Mercado, se hayan vuelto a escuchar en la Casa Consistorial. Y como este hay varios ejemplos, pero todos están quedando tan amigos y las relaciones del bipartito parecen ser una balsa de aceite.

"Y como este hay varios ejemplos, pero todos están quedando tan amigos y las relaciones del bipartito parecen ser una balsa de aceite"

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Quizá ese haya sido el principal error de Compromís, el haberse diluido bajo las faldas del PSOE, perdiendo su principal seña de identidad: era un enemigo necesario para los que querían gobernar y esa esencia era más importante, y también visualmente más interesante para sus votantes, que la de ser un mero gestor público, que es lo que ha terminado siendo y con ello un mero apéndice de los socialistas, como lo demuestra esa rueda de Prensa de Díez sin repercusión alguna.

Por eso, digo, es más que probable que hayan trabajando más y mejor, pero la imagen que han dado es el estar siendo fagocitados por sus socios. Nadie hubiera presentado un proyecto fracasado para evidenciar, precisamente eso, que los que mandan no se lo dejan ni pedir a Europa. ¿Qué ocurrirá el próximo mandato si siguen perdiendo el crédito de su electorado, si siguen dejando de ser la esencia de ese partido que nació, entre otros motivos, para poner a otros en su sitio? ¿Es ese giro que ha dado Díez: más gestión y menos política, la solución para recuperar votos?

En cada uno de los asuntos que han sido una patata caliente este mandato, la posición de Compromís ha sido muy tenue. Tanto que sabemos mejor lo que opina su senador Carles Mulet, sobre la Dama o sobre el AVE que la de ellos. Quizá porque hayan perdido la perspectiva de un posicionamiento claro y sin ambages sobre los principales problemas de Elche. Otro ejemplo, en un tema que está siendo tan controvertido, como el de las Clarisas, Compromís se está dejando querer. ¿O qué piensan de las modificaciones urbanísticas, como habilitar la ladera como Mercado, la misma que quieren regenerar? Ya dije en otra ocasión que muchas veces da la sensación de que se pongan de perfil. Sí pero no o no pero sí. ¿El PSOE, en el fondo, está ninguneando a Compromís o Compromís se está dejando ningunear?.

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