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Asignaturas pendientes al inicio del verano

La falta de agua en buena parte de Arenales del Sol, unida a las tuberías que hay en mitad de la orilla desatan las quejas de los bañistas

Otro lavapiés sin funcionar, en Arenales. | MATÍAS SEGARRA

Los bañistas de Arenales del Sol siguen encontrándose con lavapiés sin funcionar. Ese servicio necesario para los usuarios cuando salen de la playa para poder quitarse la arena pegada. Por mucho que aprieten el botón el agua no sale en los distintos puntos que hay desde la parcela del hotel hasta el límite con la vecina localidad de Santa Pola.

Una tubería al descubierto desde Semana Santa en la orilla de la playa de Arenales, este viernes, con la playa llena de bañistas por la fiesta de San Juan. | MATÍAS SEGARRA

Los que acudieron por San Juan a esta zona del litoral ilicitano se encontraron con esta sorpresa un día más, unida a la existencia de grandes tuberías invadiendo varios metros de la orilla. Los conductos de los lavapiés salieron a la superficie durante los últimos temporales previos a Semana Santa y siguen al descubierto desde entonces. Estas carencias en pleno verano están desatando cada día quejas en una zona del litoral que recientemente ha revalidado su bandera azul por la calidad de sus aguas y precisamente por sus servicios, aunque desde la Concejalía de Turismo aseguraron que para conceder esta certificación no se fijan en si funcionan o no los lavapiés porque «no es un servicio básico como sí que son los socorristas».

Un lavapiés sin agua, este viernes en Arenales. | MATÍAS SEGARRA

Pese a ello, muy pocos usuarios comprenden que a estas alturas, en un municipio costero, donde el calor aprieta mucho antes de que llegue oficialmente la temporada estival, no funcionen los lavapiés. Hay vecinos como el expedáneo Alejandro García ha hecho una campaña por redes sociales denunciando cada día la situación.

La competencia para repararlos es de la Generalitat Valenciana y el edil de Turismo, Carles Molina, vaticinó el pasado mes de mayo, cuando en La Marina y en El Altet ya funcionaban, en que su arreglo iba a ser «inminente», algo que sigue sin producirse. A esta mala imagen se suma otra, y es la que sigue ofreciendo la parcela del hotel de Arenales, un año después de que comenzaran los trabajos para su derribo. Una auténtica laguna de agua verde, rodeada de máquinas y de montañas de piedra, forman parte de la estampa veraniega junto a los que toman el sol en la arena. Y es que, una vez tirado el edificio abajo hace ocho meses, las labores de desescombro se han alargado más de lo esperado y siguen sin acabarse.

Los trabajos han superado con creces los plazos previstos (de seis semanas desde que arrancó la demolición) para poder regenerar 6.000 metros de playa que será devuelta al público. Y con ello, negocios próximos a la parcela se quejan no solo de la imagen que ofrece, sino de los ruidos y suciedad que sufren.

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