La noche de la Cabalgata, por tradición el desfile mas espectacular de las fiestas de Villena, se convirtió este año en una madrugada que pasará a la historia por los sucesos ocurridos. En primer lugar, una inoportuna lluvia hizo peligrar el desarrollo del desfile. Y posteriormente hubo un apagón eléctrico e incluso se produjo un pequeño accidente con un caballo.

La Cabalgata comenzó a las nueve de la noche con la anunciada presencia del presidente Francisco Camps, dos consellers del Gobierno autonómico y la presidenta de las Cortes Valencianas, Milagrosa Martínez. Hora y media después, el presidente abandonó la tribuna para marcharse a Elda, donde participó en los actos de apertura de las Fiestas Mayores de la localidad, no sin antes comunicar a la alcaldesa de Villena, Celia Lledó, la inminente firma del convenio para la financiación de la plaza de toros. Según declaró la primera edil, la firma con el presidente autonómico supone que se podrá licitar la obra de restauración de la plaza de toros de forma inmediata.

Tras dos horas de desfile, alrededor de las once y media comenzó a llover débilmente. No obstante, los festeros decidieron seguir adelante a pesar del agua. Mientras, los miles de espectadores que se dieron cita en Villena para presenciar el singular desfile continuaron en sus asientos, intentando protegerse de las inclemencias meteorológicas. En ese momento, ante la tímida pero insistente lluvia, los dirigentes festeros se plantearon en varias ocasiones parar la Cabalgata, aunque no llegó a tomarse una decisión final y las comparsas continuaron con el itinerario previsto por las calles de Villena.

Debido al agua, el caballo de un cabo batidor de los Moros Realistas resbaló y cayó en la calzada derribando a su jinete. Afortunadamente, pese a lo aparatoso del accidente, no se produjo ningún herido. El chubasco continuó durante la hora siguiente, alternando leves momentos en los que la meteorología dio un respiro a los festeros, que continuaban su desfile con alegría a pesar del agua.

Al filo de las tres de la madrugada, cuando parecía haberse recuperado la normalidad, se produjo un apagón eléctrico que dejó completamente a oscuras casi la totalidad del recorrido de la Cabalgata. El Bando Marroquí, el más afectado por el corte de suministro, decidió continuar, ya que ningún directivo les indicó en aquel momento que parasen de desfilar. Este hecho provocó un espectáculo surrealista, con las comparsas y escuadras desfilando iluminadas únicamente por algunos focos de las cámaras de televisión. A requerimiento del Consistorio, la compañía Iberdrola informó de que una avería en una estación transformadora había sido la causa de lo ocurrido y que el corte de luz podría durar más de una hora. A pesar de todo, tras la comunicación de la empresa eléctrica, la directiva festera tampoco interrumpió el desfile, que continuó adelante en penumbra, hasta que tres cuartos de hora después se restableció por fin el suministro eléctrico.

Recuperada la normalidad, a las cuatro de la madrugada, las regidoras y madrinas subieron a la carroza oficial para cerrar la Cabalgata. En ese momento, el vehículo que había de llevar la carroza sufrió una avería, impidiendo que se pudiesen desplazar por el recorrido. Aunque en un primer momento se decidió que desfilasen a pie acompañadas por una banda de música, los delegados de comparsas en la Junta Central resolvieron arrastrar manualmente la carroza, completando de esta forma la Cabalgata más accidentada de la historia en las fiestas de Villena.