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El margen de «El Guiñá» se reduce a veinte días

En el cauce del río ya empieza a escasear el pasto bueno. «Voy a aguantar aquí todo lo que pueda pero si en 20 días no llueve no tendré más remedio que estabular el ganado», explicaba José Amat «El Guiñá» mientras su inteligente perra, «La Tora», se encargaba de controlar el rebaño para conducirlo a El Chopo donde se resguarda en la noche. «Sólo con que llueva un poco el monte recuperará el pasto y el ganado podrá volver allí, que es donde se cría sano y fuerte», señala el pastor.

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