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La autovía entre Valencia y Murcia por el norte de la provincia se eterniza

La ejecución de la variante de la A-33 a través de Font de la Figuera vuelve a sufrir un importante retraso al reducirse su consignación en los Presupuestos Generales del Estado

La autovía entre Valencia y Murcia por el norte de la provincia se eterniza

Lleva camino de convertirse en una más de esas infraestructuras que se ralentizan en el tiempo por falta de inversión pública y voluntad política. La construcción de la variante de Font de la Figuera-Villena de la A-33, la autovía que conectará Valencia y Murcia por el norte de la provincia de Alicante a través de un trazado de 90 kilómetros, comenzó en 2007 pero no finalizará hasta 2019. Doce años para crear un ramal de autovía de 12,5 kilómetros de longitud con un coste total de 127 millones de euros. Esas son, al menos, las previsiones que maneja el Ministerio de Fomento. Y en esos términos aparecen reflejadas en el anexo de inversiones reales y programación plurianual de la dirección de Carreteras dentro de los Presupuestos Generales del Estado de 2015.

Precisamente, para el próximo año el Gobierno central ha fijado una consignación de tan sólo 5 millones de euros con los que seguir acometiendo la obra.

Pero la ralentización de la variante de la A-33 viene de tiempo atrás. De los 6,3 millones de euros presupuestados en 2013 se gastaron finalmente 5 millones y en 2014 la reducción ha sido de otros 2 millones más. Pero el grueso de la inversión, el equivalente a 66 millones de euros de los 127 a los que asciende el montante global de la actuación, se han proyectado para los años 2016, 2017 y 2018. Es decir, para la próxima legislatura porque la actual finalizará en noviembre de 2015. Más del 50% de la inversión queda, por tanto, en el aire y, aunque la obra no se abandona, los plazos se alargan porque la actividad de técnicos, obreros y maquinaria ha quedado reducida a la mínima expresión para una infraestructura de tal magnitud. Algo que es perfectamente visible desde la propia carretera que une las poblaciones de Villena con Font de la Figuera y que este diario ha podido comprobar in situ.

Plazos incumplidos

Las mejores previsiones se han venido al traste. Este diario llegó a publicar en noviembre de 2013 que, de no producirse ningún contratiempo, los 12,5 kilómetros de la retrasada variante que confluye con la autovía A-31 a la altura de la cárcel de Villena, estarían dispuestos para ser abiertos a la circulación en junio de 2014. Nada más lejos de la realidad. El proyecto lo retomó Fomento a mediados de 2013 después de una ralentización de varios años debido a la falta de consignación presupuestaria del Estado para acometer el tramo valenciano-alicantino de la nueva autovía. Pero lo cierto es que en estos momentos sólo se sigue trabajando en la zona en la que la autovía de Alicante-Madrid enlazará con la de Valencia-Murcia. En el resto del trazado apenas hay movimiento de obra.

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