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Las huertas de manzano y peral dejan paso a plantaciones de cereza en el Alto Vinalopó

La extensión de los frutales queda reducida por falta de agua y rentabilidad a dos grandes fincas que dan servicio a toda la demanda que llega de la comarca

Las plantaciones de peras se vieron mermadas por el fuego bacteriano. Manuel R. Sala

La falta de agua unida a la escasa rentabilidad de los frutales tradicionales del Alto Vinalopó ha cambiado el paisaje de la zona. Atrás quedaron las extensiones de manzano que han dado paso a los cerezos. El producto rojo y jugoso ha conseguido así ser uno de los frutales hegemónicos en una tierra en la que las hortalizas son los cultivos más frecuentes y donde los paisajes están repletos de vid, sobre todo para producción vitivinícola, y de olivo.

La superficie de cerca de 3.500 hectáreas de este árbol que existía a finales del siglo XX, se han quedado reducida a un dos grandes fincas que viven fundamentalmente de la manzana. En la actualidad, en el término municipal de Villena no se contabilizan más de 1.500 hectáreas. En el total de la provincia, la reducción de árboles de esta fruta es notable. En los últimos años se ha pasado de una producción, en 2016, de 7.996 a 7.166 (en miles de toneladas), en 2018. Por otro lado, en el conjunto de la UE, la mayor parte de las huertas frutales -un 37%- se dedican al cultivo de manzanas.

Si la escasa rentabilidad del manzano acabó con este árbol, el fuego bacteriano, que provoca la temida bacteria «Erwinia amylovora», arrasó los perales. Solo queda un reducto de pera flor de invierno, un producto grande con un peso que se puede acerca a los 500 gramos y cuya producción es tardía, se recoge en el mes de octubre. En este momento se puede ver como crece la fruta en los árboles cercanos a la autovía A-31 entre los términos de Villena y Sax.

Por otra parte, la gran variedad de frutas que, en el actualidad, se puede encontrar en cualquier supermercado o gran superficie ha favorecido que productos más tradicionales como son la manzana o la pera se hayan visto relegadas por otras como mangos, papayas o ciruelos en las estanterías de las neveras de los hogares españoles. Y a pesar de estas cifras y cambios de consumo, la manzana sigue siendo la segunda fruta más consumida en España, se estima que se consumo es de 11 kilos por habitante y año.

El agricultor Vicente Micó ha vivido los años de esplendor de la manzana y como ésta se vio reducida y desbancada por los cereales y las hortalizas. El mundo de los frutales, el testigo de su reinado de antaño lo ha asumido la cereza. En este sentido, Micó indica que «en Villena se planta de todo, incluso producimos boniatos, el campo está en una constante evolución y las plantaciones varían cada vez con más celeridad».

Pese a que las grandes producciones de frutales del Alto Vinalopó se perdieron por la baja rentabilidad dando paso a cultivos con una gran rotación en los terrenos, sí se mantienen las explotaciones pequeñas. Son productores que se dedican sobre todo al comercio al por menor en plazas y mercados. Así, en poblaciones como Beneixama, La Canyada o El Camp de Mirra se pueden ver fincas de frutales de hueso: ciruelas, melocotones o nísperos. Estas plantaciones no precisan de un intermediario para comercializarlas, con lo que la rentabilidad de estos frutos es mayor. En el caso de la manzana, en Beneixama se mantiene una variedad propia. La Roja de Benejama se encuentra en regresión desde hace años. De los más de mil manzanos de esta variedad autóctona y única, de fruto duro y pequeño, de color rojo intenso, bocado crujiente y sabor dulce, solo quedan unos centenares.

Sequía

Desde el sector agrícola la preocupación se centra en la sequía y la falta de agua. Desde el Alto Vinalopó se recuerda que es preciso el trasvase Júcar - Vinalopó con el objetivo de limitar los aportes que se realizan en la actualidad de los pozos de la zona.

La subida de los precios de producción unido a la bajada de los precios ha provocado que las hortalizas sean cultivo más beneficiosos. Para los productores la falta de agua es la que ha provocado la baja rentabilidad de los cultivos de la comarca.

Prevén un aumento en la producción de la almendra

El Ministerio de Agricultura vaticina un incremento en la comercialización del melocotón y las frambuesas

El almendro es el rey de los frutos secos. Frente a la manzana que casi ha desaparecido del campo del Alto Vinalopó, el almendro parece volver con fuerza después de años denostado y abandonado. De hecho en la campaña de este producto en 2019 se ha previsto un aumento de 6,5 por ciento.

La organización agraria Asaja estima que la producción para 2019 será de 63.027 toneladas de almendra grano, lo que supone un incremento de la producción del 2% con respecto a la cosecha de la campaña pasada y del 19% con respecto a la media de los últimos cinco años. En concreto en la Comunidad Valenciana el incremento puede superar el 23%.

Por otro lado, el Ministerio de Agricultura ya ha hecho una primera estimación de la producción de los frutales en la campaña 2019, todavía muy preliminares. Se prevé que el albaricoque va a sufrir un fuerte descenso que supera el 20 por ciento con respecto a los datos de 2018. También es observa ascenso en la comercialización del melocotón y las frambuesas.

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