Los municipios vecinos de Elda y Petrer están sufriendo en los últimos meses una oleada de actos vandálicos que lleva aparejada un creciente clima de malestar social. Sobre todo entre las víctimas de los daños ocasionados en vehículos y propiedades privadas pero también en la población en general, que exigen «mano dura» con los infractores. El último episodio incívico de carácter grave se produjo en la madrugada del pasado lunes en Elda. Tal y como este diario informó, cuatro coches y dos contenedores ardieron en distintas calles de la ciudad. Concretamente entre las 5.30 y las 5.42 de la madrugada los bomberos del Parque Comarcal de Elda empezaron a recibir alertas simultáneas de pequeños fuegos en las calles Antonio Maura, Plaza Mayor, Garrido Lestache, Alfonso XVIII y Zurbarán. Las llamas calcinaron cuatro coches, un contenedor de ropa y otro de residuos.
La Policía Local, en colaboración con la Policía Nacional, ha abierto una investigación para identificar al autor. Enrique Quílez, concejal de Seguridad Ciudadana, descartó este martes que «estos incendios estuvieran relacionados con los actos vandálicos de hace unos días contra vehículos que estaban en la calle y, aunque son hechos aislados, provocan una alarma social porque no sólo causan daños materiales muy importantes, sino también porque suponen un peligro para las personas».
En relación a los incendios de la madrugada del lunes, el edil ha explicado que «se están revisando las cámaras de seguridad y se están recogiendo testimonios de vecinos con el objetivo de identificar al autor y proceder a su detención». Desde la concejalía también se ha pedido a todos los ciudadanos que puedan aportar alguna información que se pongan en contacto con la Policía Local a través del teléfono 966 989 217.
En cualquier caso durante el pasado verano un turismo también quedó devastado por las llamas en una céntrica calle de Elda, y más recientemente un grupo de menores se ha dedicado a reventar los espejos retrovisores exteriores de numerosos coches estacionados en diferentes barrios. En algunos de esos vehículos también la han emprendido a golpes con las lunetas delanteras, han arrancado los limpiaparabrisas y ocasionado daños a la carrocería al saltar sobre el techo y el capó.
«La mayor parte de estas acciones incívicas son hechos puntuales ocasionados por pandillas de adolescentes más o menos conocidas y, aunque las dotaciones de la Policía Local inciden en patrullar las zonas donde más quejas vecinales se reciben, no podemos tener un agente vigilando cada calle y cada esquina de la ciudad», apunta Quílez advirtiendo, además, sobre la dificultad añadida que supone sorprender in fraganti a los autores de estas fechorías.
En el caso de Petrer su concejal de Seguridad Ciudadana no cree que se trate de acciones premeditadas, como la ocurrida en Elda con los incendios. Pablo Lizán lo define como «puro gamberrismo», que trata de evitar con vigilancias preventivas en las zonas «más sensibles» de la población.
En Petrer, por ejemplo, han prendido fuego en los últimos meses a varios setos de jardines públicos y matorrales situados en descampados del casco urbano, como el de las espaldas del instituto Poeta Paco Mollá. El fuego lo originó un grupo de jóvenes en la tarde del pasado viernes y las llamas estuvieron a punto de alcanzar un chalé próximo. También quemaron en la madrugada del domingo un contenedor de basuras junto al geriátrico La Molineta. En el barrio La Foia suelen concentrarse pandillas que dañan el mobiliario urbano y las señales, y arrojan piedras sobre los tejados de las viviendas del casco antiguo. Pero en la tarde del domingo tuvieron otra ocurrencia más. Vecinos de la calle El Castillo denunciaron que habían arrojado un contenedor lleno de basuras por las escaleras quedando los restos esparcidos por toda la zona.
Con el mobiliario urbano, la ornamentación y los juegos infantiles de algunos parques también suelen cebarse los vándalos. Es lo que ocurrió hace unos días en la zona verde de la avenida Hispanoamérica. Quedó arrasada por segunda vez en los dos últimos meses. El parque móvil tampoco se salva en Petrer. El sábado, en la partida Salinetas Altas, el propietario de un turismo denunció que le habían rajado dos ruedas del coche, le habían rayado el capó y destrozado la cerradura. También la emprendieron a pedradas y pintadas hace unas semanas con un tráiler estacionado en el polígono industrial. Los Ayuntamientos de Elda y Petrer quieren poner freno a estos comportamientos incívicos y por eso van a reforzar la vigilancia mientras reclaman más colaboración ciudadana.
Sanciones de entre 750 y 1.500 € para los vándalos
La concejalía de Servicios Generales de Petrer aprobó en agosto una ordenanza municipal de convivencia contra el vandalismo que recoge sanciones de entre 750 y 1.500 euros por destrozos en elementos urbanos. En Elda se está revisando actualmente la ordenanza para incrementar las multas por estos hechos. Los vecinos exigen más «castigo» contra los autores o sus padres si son menores y reclaman más vigilancia con patrullas y cámaras. PÉREZ GIL
