Absorbentes, antiafrodisíacos, analépticos, antidiabéticos, analgésicos, diuréticos y antidepresivos son algunos de los principios activos que ofrecen los cerca de 60 productos vegetales autóctonos del Medio Vinalopó presentados en el libro «Petrer; plantas medicinales de nuestro entorno». Una obra escrita tras 20 años de estudio por Pedro Luis Rico Cerdá, un agente de la Policía Local de Petrer, experto en Derecho y profesor, que se define como «un amante de la naturaleza y de su pueblo».

En la publicación, presentada esta semana en Sucre Restaurante y Cultura, el lector puede sumergirse en el desconocido mundo de las plantas más cotidianas de la comarca y aprender, de forma sencilla y didáctica, cómo y de qué manera utilizar los vegetales en beneficio propio para obtener remedios caseros que los abuelos trasmitían a sus nietos en tiempos pasados. En su caso fue precisamente su abuelo y su madre los que forjaron su pasión por las plantas y sus bondades terapéuticas.

«No es un libro de curanderismo en absoluto. Cualquier enfermedad leve, y por supuesto grave, debe ser consultada y tratada por un médico, al que debemos siempre informar si estamos o deseamos tratarnos con plantas medicinales. También es importante indicar que en mi libro hago una recopilación de la sabiduría popular y de los consejos que, a través del tiempo y de forma oral, han ido pasando de generación en generación», puntualiza el autor precisando, no obstante, que los primeros escritos sumerios sobre las propiedades de las plantas se remontan a 4.000 años atrás. Posteriormente civilizaciones como la china, la egipcia, la romana o la griega comenzaron a recopilar remedios para diferentes enfermedades, basados en las plantas. El griego Hipócrates, considerado el padre de la medicina, ya les otorgaba una gran relevancia.

En la obra de Pedro Luis Rico, que ha costeado íntegramente de su propio bolsillo y está dedicada a su familia y amigos, se encuentran pormenorizadas descripciones, partes a emplear, indicaciones y usos de especies vegetales encontradas tanto en parajes montañosos con en zonas de campo, parques, jardines, solares y descampados del núcleo urbano. Entre ellos el poleo blanco, la cebolla, el espliego, la ajedrea, el abeto, alfalfa, brasera, hipérico, melisa o albahaca.

Pedro Luis detalla las técnicas de preparación medicinal o para cocinar como la maceración, el cataplasma, la diálisis, fumigación, zumo o infusión, así como remedios populares para la acidez, afonía, gota, cansancio, psoriasis o acné. Destaca sobre todo el uso, tanto para la cocina como para la salud, del ajo. «Es el antibiótico natural más potente que existen en la naturaleza. Un trozo tomado con un sorbo de agua es muy bueno. Mi padre lo sigue haciendo cada mañana», explica. También el diente de león, cuyos tallos se denominan especialmente en Petrer como «llinsons», siendo muy apreciados directamente en ensaladas mientras que sus raíces combaten diversas afecciones físicas.

El libro ha sido prologado por Fermín Bonet, intendente jefe de la Policía Local de Petrer y también escritor, y en la presentación estuvo presente el comisario de la Policía Nacional de Elda-Petrer, Bernardo Alonso, así como Mariano Romero, inspector de la Policía Local de Petrer y amigo del autor.

Explica, entre otras cosas, que hay plantas muy comunes en el Vinalopó que sirven para hacer jabón, lejía, colonia y desodorantes, purifican la sangre, ayudan a adelgazar, combaten el desánimo, aceleran la cicatrización, son un antídoto contra el veneno de culebras o alacranes e incluso que previenen las rozaduras cutáneas y evitan el acné. «La más difícil de encontrar es el tomillo real. Yo la conseguí localizar con la ayuda de un pastor. Es un antidepresivo natural pero puede llegar a ser mortal», advierte subrayando que «las plantas medicinales se pueden cortar pero nunca arrancar de raíz y hay que ser respetuosos con ellas porque están protegidas y un mal uso puede dar lugar a una multa».

También hay plantas alucinógenas, afrodisíacas y venenosas en los montes y las localidades del Medio Vinalopó. Pero esas las deja el agente para el siguiente libro.