Una treintena de nichos del cementerio municipal de Petrer han sido profanados por un ladrón que ya ha sido idenfificado por la Policía Local. El presunto autor accedió de noche al camposanto y arrancó las jardineras y remates metálicos de decenas de lápidas para vender posteriormente el metal sustraído en una chatarrería de la localidad.
También en el cercano cementerio de Santa Bárbara de Elda se han producido los mismos hechos aunque el número de sepulturas profanadas ha sido mucho menor. Inferior a cinco. Pero el daño emocional que han sufrido los familliares es igual de lesivo. Se está investigando si se trata del mismo autor porque el modus operandi ha sido el mismo.
En el camposanto de Petrer todas las tumbas afectadas se encuentran en la zona izquierda accediendo por la entrada principal. Algunas lápidas tendrán que ser sustituidas porque presentan importantes daños, incluso requieren de trabajos de albañilería para su reparación.
El profanador no robó cualquier metal. Fue selectivo al elegir el botín. Se centró únicamente en las piezas de latón, una aleación de cobre y zinc muy cotizada. En total logró reunir unos 20 kilos de jardineras, apliques y remates que arrancó por la fuerza o bien golpeó posiblemente con un martillo o alguna otra herramienta.
Los hechos se produjeron días atrás y fueron denunciados por el sepulturero municipal a primera hora de la mañana, tan pronto como se percató de los daños en las tumbas. Minutos después una patrulla de la Policía Local acudió al cementerio para inspeccionar la zona. Los agentes pusieron en marcha entonces una investigación para tratar de identificar al autor. Y a pesar de la dificultad lo consiguieron en cuestión de horas logrando, incluso, localizar el botín en una chatarrería de Petrer.
A partir de ahora la concejalía de Servicios Generales de Petrer contactará con los propietarios de la treintena de nichos donde están enterrados sus familiares para informarles de la profanación.
Un cadáver con mucho oro
Este suceso recuerda al ocurrido en abril de 2018 aunque tuvo tintes mucho más macabros. Uno o varios desconocidos abrieron un nicho y extrajeron el cadáver de un hombre de unos 40 años y raza gitana fallecido cinco años atrás para robarle las joyas de oro con las que fue enterrado.
Fueron los operarios del camposanto los primeros en alertar de lo sucedido tras encontrarse, a primera hora de la mañana de un lunes, con un cadáver tirado en el suelo en uno de los pasillos de la zona nueva. Los autores -se sospecha que fueron al menos dos- rompieron la lápida de la cuarta fila y extrajeron el ataúd donde se encontraban los restos mortales del eldense fallecido en 2013 de un infarto cuando tenía 40 años. Estaba casado, tenía cuatro hijas y era un hombre muy conocido en el barrio de La Tafalera donde residía.
El hecho de que no se produjera en el camposanto de Petrer ninguna otra sustracción ni se detectaran destrozos, actos vandálicos ni restos de rituales de magia negra o de sectas diabólicas reforzó la hipótesis del robo como móvil. Un aspecto que podría guardar relación con el asalto que unos ladrones cometieron a los pocos días de la profanación en la casa de la familia del fallecido.
