La inseguridad ciudadana en Elda y Petrer ha aumentado en los tres últimos meses y la Policía Nacional está intensificando su labor preventiva para evitarlo. De hecho, es una percepción creciente entre los vecinos de esta conurbación urbana de 90.000 habitantes. Desde el pasado mes de julio se han producido dos peligrosas persecuciones policiales por el casco urbano. En una cayó una banda de narcotraficantes que llevaba el maletero 13 kilos de marihuana y en la otra un prófugo de la justicia que opuso una fuerte resistencia a ser detenido cuando las patrullas lo interceptaron en la carretera de Monóvar.

La Policía Nacional de la Comisaría de Elda-Petrer también arrestó a una pareja por un presunto robo con tentativa de homicidio en el barrio de Numancia, a tres personas acusadas de un presunto delito de lesiones graves y homicidio en grado de tentativa, y a un joven por cometer supuestamente un asalto violento en un céntrico comercio de Elda, en el que hirió a la empleada tras esgrimir un cuchillo de grandes dimensiones. Este verano se han desarrollado en Elda dos operaciones antidroga con varios detenidos e importantes alijos decomisados -uno de ellos de 4.699 gramos de cocaína y 359 gramos de hachís- y se está a expensas de detener a los autores de varios hurtos de ropa, jamones y embutidos de calidad en varios establecimientos de la zona centro.

Incluso ha habido una oleada de robos en la que los ladrones se han llevado hasta las persianas de plástico de las puertas del barrio Guirney de Petrer y las sombrillas de los bares y cafeterías de la Plaza Mayor de Elda. La aparición de un perro ahorcado en un parque de Petrer permitió a los agentes intervenirle a un indigente una pistola de fogueo que podría haber sido manipulada para convertirla en un arma de fuego...y a todo ello se suma la quema intencionada de al menos cuatro vehículos y los actos vandálicos que se suceden los fines de semana. Vuelcan contenedores, destrozan el mobiliario urbano y revientan a patadas los retrovisores exteriores de los vehículos estacionados en la vía pública.

A pesar de ello en Elda y Petrer los índices delictivos siguen por debajo de los límites estadísticos de la Dirección General de la Policía. Pero desde junio se ha detectado la llegada de una veintena de indigentes procedentes de otras ciudades que, en su mayoría, sufren problemas crónicos de drogodependencia. Las fuentes consultadas señalan que la droga que se vende en Elda tiene mucha calidad, además de que se suministran dosis con cantidades mínimas que tienen un coste de tres euros. Una circunstancia que podría explicar el repunte de toxicómanos, llegados incluso de otras Comunidades Autónomas, que okupan viviendas abandonadas, mendigan y cometen hurtos o robos para poder pagarse las tres o cuatro dosis que necesitan al día. Habitualmente heroína y base de coca pero también pueden llegar a consumir fentanilo, que es un tipo de heroína sintética, aunque ahora la suelen fumar y por eso la esperanza de vida es mayor que antes cuando se la inyectaban.

La labor policial está resultando muy eficaz y los departamentos municipales de Servicios Sociales de Elda y Petrer están tratando de reconducir la actual problemática, en estrecha colaboración con los órganos judiciales y la Unidad de Conductas Adictivas de la Conselleria de Sanidad.