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Pilar Cortés
Ver galería >Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
Pilar Cortés
Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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Desde hace más de una década, el profesorado y el alumnado del centro Médico Pedro Herrero sufren las consecuencias de una edificación colindante con la escuela que nunca llego a finalizarse. En ella se practican todo tipo de actividades ilícitas, según señalan padres y profesores, y lamentan que no se les pone coto. No solo remarcan problemas por consumo de drogas o la insalubridad que emana de la edificación, sino porque quienes entran a este lugar han llegado a tirar cascotes y escombros al patio del colegio, cuyo muro es anejo.
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