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Pilar Cortés
Ver galería >Con ánimo también comenzaron los agustinos de la hermandad Jesús Despojado, que aguantó varios minutos en la puerta de la Ermita de San Roque antes de atreverse a salir. Lo hicieron finalmente pasadas las 19 horas y llegaron a realizar todo su itinerario en el Casco Antiguo, hasta llegar a la Concatedral de San Nicolás para su estación de penitencia. Una vez allí, la lluvia apretó y la hermandad decidió refugiarse y cancelar la parte final de la procesión para evitar que las imágenes se estropearan.
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Con ánimo también comenzaron los agustinos de la hermandad Jesús Despojado, que aguantó varios minutos en la puerta de la Ermita de San Roque antes de atreverse a salir. Lo hicieron finalmente pasadas las 19 horas y llegaron a realizar todo su itinerario en el Casco Antiguo, hasta llegar a la Concatedral de San Nicolás para su estación de penitencia. Una vez allí, la lluvia apretó y la hermandad decidió refugiarse y cancelar la parte final de la procesión para evitar que las imágenes se estropearan.
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Con ánimo también comenzaron los agustinos de la hermandad Jesús Despojado, que aguantó varios minutos en la puerta de la Ermita de San Roque antes de atreverse a salir. Lo hicieron finalmente pasadas las 19 horas y llegaron a realizar todo su itinerario en el Casco Antiguo, hasta llegar a la Concatedral de San Nicolás para su estación de penitencia. Una vez allí, la lluvia apretó y la hermandad decidió refugiarse y cancelar la parte final de la procesión para evitar que las imágenes se estropearan.
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Con ánimo también comenzaron los agustinos de la hermandad Jesús Despojado, que aguantó varios minutos en la puerta de la Ermita de San Roque antes de atreverse a salir. Lo hicieron finalmente pasadas las 19 horas y llegaron a realizar todo su itinerario en el Casco Antiguo, hasta llegar a la Concatedral de San Nicolás para su estación de penitencia. Una vez allí, la lluvia apretó y la hermandad decidió refugiarse y cancelar la parte final de la procesión para evitar que las imágenes se estropearan.
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