No eran garcetas, ni garzas, que también son aves de porte esbelto a las que se les ve con frecuencia procurándose alimento en terrenos agrícolas de la huerta tradicional de la Vega Baja. En este caso se trataba de unos ejemplares de cigüeña blanca. Aves migratorias de gran belleza, evocadoras como pocas y protagonistas destacadas en leyendas, cuentos infantiles y narraciones populares, no son habituales de estos campos que el Segura riega a base de azarbes y acequias. Por eso, cuando Pedro Sánchez Coll, vecino de Benejúzar, estuvo seguro de que lo que estaba viendo eran cigüeñas, quiso captar el momento con su móvil para dar fe del extraordinario encuentro y además, compartirlo.

Era una pareja alimentándose en un bancal situado entre Rafal, El Mudamiento y Callosa de Segura, centro de la huerta tradicional mejor conservada del Bajo Segura. De gran tamaño, sus alas pueden tener una envergadura de más de dos metros, alcanzan el metro treinta de altura y eligen preferentemente el suelo para obtener su aporte de proteínas en tierras de escasa vegetación donde encuentra con facilidad los pequeños animales que componen su dieta carnívora.

Las cigüeñas suelen escoger otras rutas en su paso migratorio primaveral desde el norte de África, donde pasan el invierno, hacia centroeuropa donde las parejas, que se mantienen fieles toda la vida nidifican cada temporada. Regresan al Magreb en otoño, pero en sus largos viajes suelen evitar el mar Mediterráneo porque no propicia las corrientes térmicas que les permiten hacer sus desplazamientos de larga distancia. Buena parte de ellas recorren miles de kilómetros para repetir en sus zonas de cría preferente eligiendo grandes áreas de Polonia, Ucrania, y en menor medida Alemania, aunque miles de parejas escogen también quedarse en la Península Ibérica. Extremadura, Castilla y León y el valle del Ebro concentran las mayores poblaciones de cigüeñas en España construyendo sus nidos sobre edificaciones de altura, normalmente iglesias y catedrales, además de apoyos de tendidos eléctricos.

En el estudio "Las aves de los humedales del sur de Alicante y su entorno", de Antonio Jacobo Ramos Sánchez y Luis Fidel Sarmiento, se cita como una presencia de ave migratoria aunque escasa con ejemplares en la migración otoñal y la primaveral en el Hondo de Elche. Y aunque no es una observación extraordinaria en la Vega Baja, sí se da muy pocas veces según explica Miguel Ángel Pavón, ornitólogo de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante, quien explica además que su presencia es más habitual en zonas húmedas encharcadas como el entorno del Hondo, donde se alimenta de insectos, peces, ofidios y roedores. También puede acudir a vertederos.