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UN GOL AL ARCO IRIS

Los empates suman pero no cotizan

Los empates suman pero no cotizan

A este nuevo Hércules de Del Pozo y Cubillo al que las lesiones y bajas están afectando en este principio de temporada, le falta para cumplir con las expectativas de la previa a la competición los tres puntos en Alcoy. Para alejar maleficios en los estériles desplazamientos a El Collao en las últimas temporadas, donde se ha vuelto a casa goleado en ocasiones, y/o para confirmar sus aspiraciones en comunión con la afición. La victoria en tierras de la montaña es más importante de lo que aparentaría en otros momentos de la competición. Dar un golpe en la tabla clasificatoria sumando 10 puntos de doce posibles, sería no ya solo un acicate para intentar liderar, con permiso del Ibiza que también ha de rendir visita a El Collao en partido igualmente aplazado por culpa de la maldita pandemia, sino que también valdría para distanciarse en el acumulado de los clubes cabeceros del subgrupo A, en el que por el momento ninguno pasa de los seis puntos.

No nos cansaremos de advertir de que los puntos que se logren en esta primera fase son esenciales para el desarrollo final de la segunda ante los equipos catalanes del subgrupo A. Hoy por hoy los candidatos a lograr los tres primeros puestos entre los catalanes son más numerosos que en el subgrupo B. El Hércules, siendo tercero del suyo, aventaja en uno a los dos primeros del A, que podrían convertirse en cuatro si lograra vencer este domingo en El Collao. Cuanto más competido esté el otro grupo, mejor para el Hércules y resto de aspirantes en el B, pues los puntos que se lleven acumulados a la segunda fase por los equipos que ocupen las tres primeras plazas, serán siempre menos. A mayor igualdad, menor puntuación. El formato de esta extraña temporada hace que además de estar pendientes de tu propia competición, debas estar ojo avizor al desarrollo del otro grupo de donde saldrán tus próximos rivales.

Otro factor decisivo en esta vertiginosa competición son los empates, que si ya están subestimados en una liga normal, en esta suman pero no cotizan. El empate en casa sabe a derrota, de sumar tres a uno la diferencia en un campeonato tan corto, de 18 partidos, se multiplica en beneficio de los rivales directos. Pero tampoco el empate a domicilio sabe a victoria, con excepción hecha de los conseguidos ante equipos que luchan por los puestos cabeceros.

Si además los actos sancionables o punibles durante los 90 minutos, penaltis o expulsiones, te son favorables, el punto deja un sabor amargo. Pierden parte importante de su cotización los empates en un mercado en el que el valor normal, un punto, fluctúa hacia la baja ante el que le otorga lo instantáneo de la competición, y sobre todo el final de la misma en el sistema de liguillas. Las siguientes eliminatorias a modo copero serán otro cantar, si es que se llega a buen puerto.

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