Con veinte días de retraso, es verdad, pero el agravio flagrante que pesaba sobre el aforo de los estadios del fútbol modesto de la Comunidad ya es historia. Desde hoy, el José Rico Pérez, y todos los demás recintos al aire libre que alberguen competiciones no profesionales, podrán habilitar hasta el 75% de sus gradas respetando una sola condición: dejar un asiento de distancia entre no convivientes.
Es lo que se desprende la resolución dictada ayer por la conselleria de Sanidad: «La celebración de los acontecimientos y competiciones deportivas no profesionales podrán desarrollarse con un aforo de público máximo del 50% en espacios cerrados y del 75% en espacios abiertos, manteniendo un asiento de distancia en la misma fila, en caso de asientos fijos, o de 1,5 metros si no se dispone de ellos, salvo grupos de convivencia. Si no fuera posible mantener un asiento de distancia o 1,5 metros de separación, el aforo tendrá que reducirse hasta garantizar el cumplimiento de la medida», dice explícitamente la norma.
Además, el dictamen del Consell publicado ayer en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGV) recuerda que en todas las instalaciones, «tanto abiertas como cerradas, el consumo de alimentos y bebidas se hará exclusivamente en la zona de restauración que se habilite, que habrá de estar separada de la zona del acontecimiento y cumplir con las medidas propias de los establecimientos de hostelería y restauración. Alternativamente, se permite la posibilidad de habilitar un servicio asistido por personal, donde los asistentes puedan consumir en su butaca o asiento».
El nuevo protocolo anticovid estará en vigor hasta el 8 de octubre, viernes. Ese día, el Govern anunciará nuevas acciones encaminadas, entre otras muchas cosas, a devolver al deporte -y sus competiciones- a la normalidad precoronavirus. Los buenos datos de vacunación, con el 87% de la población ya inmunizada con la pauta completa, y la caída de hospitalizaciones y contagios, hace pensar que el siguiente paso será seguir ampliando el margen de explotación de los recintos deportivos y no lo contrario.
Con esta decisión, el Hércules consigue margen para empezar a nutrir su cuenta de ingresos y cumplir con el amplio abanico de compromisos sociales, entre los que está permitir el acceso a los partidos de manera gratuita de todos los menores de 12 años, los parados de larga duración, los integrantes del fútbol base y, de manera paralela, satisfacer los acuerdos alcanzados con instituciones, asociaciones y entidades, así como patrocinadores.
Los 5.000 asientos que le imponían como tope de venta hasta ayer al conjunto blanquiazul, casi anulaba todo eso, ya que solo en abonados tenía cerradas 4.300 localidades, fueran o no a ver el partido sus legítimos propietarios. El Hércules puede volver a abrir las taquillas los días de partido sin miedo a ser objeto de multa, tanto para la afición local como para la visitante, que volverá a estar presente en el coliseo blanquiazul más de un año y medio después. Discriminar entre el fútbol profesional y el modesto a la hora de fijar aforos no tenía ningún sentido dado que la probabilidad de contagio es idéntica pues los virus no distinguen entre castas deportivas ni clases sociales.
