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Hércules CF: Más riesgo de lesión en Melilla

El club pidió un campo de hierba al Consejo de Deportes sin darle tiempo de reorganizar los turnos

La plantilla del Hércules trabajó anoche en el campo de hierba artificial Fernando Pernías «El Tesorillo» y hoy al mediodía lo hará en otro diferente, también de césped sintético. | HCF pedro rojas

Resignación. El Hércules ha sido incapaz de conseguir entrenar sobre césped natural en Melilla. No lo hará en ninguna de las dos sesiones previstas en la ciudad autónoma, ni en la de anoche, a las 20 horas, ni en la de esta mañana, fijada para las 12.30 horas. Ni siquiera será posible hacerlo en un mismo campo. La premura con la que se organizó el desplazamiento norteafricano –debido a la negativa de la RFEF a planificar el viaje– ha provocado una serie de desdichadas consecuencias que perjudican al equipo, que vuelve a jugarse mucho, esta vez frente al conjunto que dirige Manolo Herrero, que antecede a los blanquiazules en la clasificación, con un punto más que los alicantinos.

El departamento herculano encargado de organizar los desplazamientos se enteró tarde de que la RFEF, a diferencia de lo que había hecho en todos los años anteriores, no iba a responsabilizarse del traslado extrapeninsular del Hércules. En realidad, no lo advirtió nunca, se limitó a comunicarlo cuando el responsable blanquiazul a cargo de esta gestión administrativa llamó para reclamar los pasajes de avión, tal y como había hecho este trabajador en las temporadas anteriores.

La plantilla del Hércules espera para subir al avión que le trasladó ayer a Melilla desde Málaga. | HCF pedro rojas

La deuda sin saldar (y sin renegociar) con Hacienda y Seguridad social es la causa a la que se aferra de repente la Federación para no asumir la tutela del transporte. Lo hace porque figura entre los requisitos necesarios para poder recibir la subvención que se concede para sufragar el gasto extra que supone jugar en las islas. El Hércules era consciente de que no podía reclamar la ayuda. Con lo que no contaba es que eso, además, llevara aparejada la obligación de organizarse el viaje por su cuenta. Hasta este año, la RFEF, a través de su Departamento de Viajes, se responsabilizaba de asegurar la celebración de la jornada, lo que incluía garantizar la presencia del equipo visitante en suelo insular.

El equipo de Sergio Mora, obligado a recorrer 100 kilómetros cada día para entrenar en Callosa sobre hierba natural mientras no pudo hacer uso de Foncalent por la resiembra del césped, se ve ahora en Melilla condenado a ejercitarse sobre dos superficies sintéticas diferentes antes del encuentro del domingo en el estadio municipal Álvarez Claro. En esas condiciones, crece el riesgo de lesión exponencialmente. Los blanquiazules solicitaron al Consejo de Deportes de la ciudad autónoma poder acudir a un campo natural. El encargado de programar el desplazamiento llamó durante la semana al órgano rector melillense, pero a este no le ha dado tiempo a reorganizar los turnos para garantizar el uso de una instalación con césped surgido a partir de semillas. El desplante federativo ha provocado, entre otras molestias, que el equipo blanquiazul pase dos noches en Melilla, cuando, por norma, todos los clubes solo pernoctan una vez.

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