CD Ebro 0-1 Hércules CF

El Hércules se agarra al genio de Jean Paul y Alvarito

Una jugada trenzada entre ambos en mitad del vendaval salva a los alicantinos en un partido para olvidar en el que apenas se vio fútbol

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Fútbol, por llamarlo de algún modo. Fútbol en apariencia, en gestos, en angustia y aspiración. Pero solo en eso. En todo lo demás, otro deporte, uno inmensamente aburrido en el que gana el único que acierta porque equivocarse lo hacen sin cesar los dos equipos empujados por las circunstancias. Nadie disfruta, ni dentro ni fuera de la cancha. El protagonista nunca es el balón, es imposible, una entelequia. Moverlo es casi tan complicado como alojarlo en la red. El Hércules fue capaz de hacerlo una vez y eso le granjeó tres puntos, un botín suculento visto lo visto.

La sexta victoria de Lolo Escobar en sus diez jornadas al frente del proyecto valió para reactivar el anhelo del ascenso. El triunfo frente al penúltimo de la Liga, el menos goleador de todas las categorías, nació de una revolución cuestionable y se cimentó en la única sociedad con sello de calidad certificado, la que conforman Alvarito y Jean Paul. Dos veinteañeros sosteniendo a duras penas el siglo de vida de la entidad.

El tanto de la victoria blanquiazul nació de la única llegada al área con peligro de los hombres de Lolo Escobar en los 90 minutos

Con poco, con lo justo, con casi nada, regresó victorioso el Hércules de Zaragoza. Lo hizo aterido de frío, mareado por el vendaval helado que no dejó de azotarle la cara, con César Moreno roto, cojeando, y con el corazón arrugado por lo que pudo ser una tragedia, la que dejó al autor del único gol del choque inerte más de cinco minutos sobre la goma de césped simulado.

Valiente, rebelde, acostumbrado a la aridez de las hierbas artificiales, el francés fue a pelear un balón dividido para evitar que saliera. Se desequilibró en pleno vuelo y terminó aterrizando con el cuello sin apoyar los brazos antes, descompensado, torcido, aplastado por la gravedad.

Jean Paul pugna por un balón dividido durante el choque contra el Ebro en Zaragoza.

Jean Paul pugna por un balón dividido durante el choque contra el Ebro en Zaragoza. / Daniel Marzo / LOF

El gesto súbito de la mayoría de jugadores, unánime, instintivo, contagioso, llevándose las dos manos a la cabeza, avivó la preocupación por un lance que silenció hasta el trino de los pájaros. Por un instante casi eterno solo se oyó el cauce bravo del Ebro y el motor de la ambulancia que le salió a buscar para trasladarle urgentemente al hospital.

No fue necesario. Jean Paul, que nunca perdió la consciencia, se levantó por su propio impulso, empezó a caminar y se marchó al banquillo sin titubear, sin ayuda, recogiendo el aplauso de la hinchada blanquiazul, rendida al talento y el coraje del canterano. De su fe inquebrantable, de las ganas de triunfar de Alvarito y de un toque leve con la bota de Ander Vitoria en el germen de un ataque, nació la acción que desniveló una contienda que acabó bien para el Hércules... a pesar de todo y de, por momentos, haberlo pasado bastante mal, luchando contra el viento, los límites menguantes y las acometidas aisladas de su rival, más acostumbrado a la imposibilidad del campo.

César Moreno tuvo que ser sustituido antes del descanso por un pinchazo en el muslo y es duda para el partido del domingo contra el Mestalla

Hasta el gol, la abulia, el desgaste, los viajes a ningún lugar, las carreras estériles, los botes del balón sobre la moqueta con trazas de hormigón y los pelotazos desnortados desafiando a las ráfagas de viento se fueron sucediendo sin compasión, sin disimulo, con resignación, esperando el milagro que justificara tamaño desastre sin paliativos.

Sin el capitán, sacrificado; con Ander Vitoria, amnistiado por la báscula; y sin Artiles, desahuciado del 4-3-3 inicial, pretendió Escobar gobernar un duelo en el que el Hércules apenas circuló en ataque. Se limitó a esperar. No disparó ni cuando el cierzo le fue favorable. Se cerró alrededor de Abad y fio su suerte a no cometer fallos aguardando una genialidad.

Alvarito supera a su marcador y busca la internada en el área sin perder de vista el balón.

Alvarito supera a su marcador y busca la internada en el área sin perder de vista el balón. / Daniel Marzo / LOF

En la hora que tardó en llegar, el portero del Hércules solo intervino una vez y fue para deshacer un mano a mano muy claro a Javi Sánchez, que ya le había puesto a prueba varias veces antes, aunque sin verdadera mala intención. Justo después, en uno de tantos balones descontrolados que están a puntos de perderse por la banda, apareció el delantero indultado para tocar de espaldas lo justo y habilitar a Alvarito, que empezó a correr sin perder de vista ni el cuero ni los movimientos a su espalda.

Carlos Abad volvió a ser clave para mantener la portería a cero con dos acciones providenciales en ocasiones muy claras

El de Igorre intentó seguirle, pero renunció a mitad de viaje. El vasco se rindió, Jean Paul no. El galo, con una zancada poderosa, llegó a tiempo de convertir en tres puntos el pase de la muerte del extremo madrileño. Acomodó con fijeza el exterior del pie e inutilizó la salida precipitada de Loscos.

Una maniobra hermosa aislada del ruido, de la torpeza general, del desbarajuste excesivo, de la cicatería táctica. Una carrera vertiginosa de dos chicos que siempre aparecen, que no se esconden jamás, que lucen donde los demás solo encuentran excusas.

El Ebro mereció empatar y pudo hacerlo, pero Ramón López picó en exceso el centro medido de Arasa, que se internó en el área aprovechando un error grotesco urdido a medias entre Maxi Ribero y Diego Jiménez. Su cabezazo, sin oposición y sin portero, se marchó por encima del travesaño. La suerte, por suerte, va y viene.

FICHA TÉCNICA

►EBRO: Edu Loskos, Jorge Adán, Xavi Manrique (Borja, 86’), Javi Sánchez, Eder (Barrera, 6’8), Ramón López, Javi Duro, David Sánchez, Andreu Arasa (Iván, 86’), Ibra y Javi Marcén (Óscar Romero, 68’).

►HÉRCULES: Carlos Abad, Diego Jiménez, Roger Riera, Mario Gómez, Retu, Toscano, César Moreno (Maxi, 38’), Míchel Herrero (Dani Marín, 80’), Alvarito, Jean Paul (Felipe Chacartegui, 80’) y Ander Vitoria (Jack Harper, 63’).

►GOLES: 0-1, Minuto 61: Jean Paul.

ÁRBITRO: Salvador Abril Portillo (Murcia) T. Amarillas: para Jorge Adán, Ramón López y Romero, del Ebro, y para Mario Gómez, Carlos Abad y Riera, del Hércules. T. Roja: Expulsó por doble amonestación a Ramón López, del Ebro (58’ y 89’).

►ESTADIO: La Almozara-El Carmen de Zaragoza, con más de medio centenar de herculanos presentes en la grada.

CLASIFICACIÓN: El Hércules pasa a ser sexto, con los mismos puntos (34) que el quinto, Manresa, que delimita la zona de promoción ascenso después de 23 jornadas. El Teruel sigue líder con 48 puntos.

►►PRÓXIMO PARTIDO: Hércules-VCF Mestalla, domingo 5 de marzo, a las 12:00 horas, en el José Rico Pérez.