Los colegios electorales abrieron hoy en el territorio metropolitano de Francia a las 08.00 horas locales (06.00 GMT) en la primera ronda de las elecciones legislativas, que renuevan la composición de la Asamblea Nacional.

La votación se prolongará hasta las 20.00 horas locales (18.00 GMT) en los colegios electorales de las grandes ciudades de Francia, entre ellas la capital, París, aunque ya comenzarán a cerrar dos horas antes en otras partes del país.

En total, unos 46 millones de franceses están llamados a votar entre 6.603 candidatos en 577 circunscripciones para renovar la cámara baja del parlamento francés, con los últimos sondeos favorables a una victoria de los partidos de izquierda.

La mayoría absoluta de la Asamblea está fijada en 289 escaños (del total de 577), que son los que aspiran a lograr el Partido Socialista (PS) del presidente François Hollande, quien obtendría de confirmarse los pronósticos de algunos de los últimos sondeos el apoyo suficiente para aplicar holgadamente el programa de su Gobierno.

El PS cuenta con los apoyos de los Verdes y del Frente de Izquierdas, y juntos pueden superar, según los sondeos, al conjunto de los votos de las formaciones conservadoras, al frente de las cuales está la Unión por un Movimiento Popular (UMP), del anterior jefe del Estado, Nicolas Sarkozy.

La segunda y definitiva vuelta de estos comicios se celebrará en una semana, el domingo 17 de junio.

La primera vuelta -que ya se celebró el sábado en varios territorios franceses de ultramar- llega al final de una campaña marcada por el evidente desinterés de los franceses, que vuelven a las urnas poco más de un mes después de un intenso proceso electoral, el que situó a Hollande al frente de la jefatura del Estado el pasado 6 de mayo.

Una de las incógnitas de estos comicios legislativos será por ello el nivel de participación, que varios sondeos situaron en los últimos días en torno al 60 %, unos 20 puntos por debajo de la que se alcanzó en las elecciones presidenciales.

Otra de las dudas es conocer si el ultraderechista Frente Nacional (FN) consigue acceder por primera vez a la Asamblea Nacional, objetivo declarado de su presidenta, Marine Le Pen.