El accidente de una nave espacial de Virgin Galactic plantea serias dudas sobre los vuelos comerciales al espacio, que deberían comenzar el próximo año y a los que ya se han apuntado famosos como Tom Hanks o Brad Pitt.

La nave SpaceShiftTwo estalló en el aire durante un vuelo de prueba desde la estación espacial Mojave, al norte de Los Ángeles, y el suceso se saldó con la muerte del copiloto, mientras el piloto resultó herido de gravedad, según la Patrulla de Autopistas de California.

El siniestro ocurrió tan solo unos días después de la explosión de un cohete de otra compañía de vuelos comerciales al espacio, Orbital Sciences, tras su lanzamiento desde las instalaciones de la NASA en la Isla Wallops, en Virginia.

Virgin Galactic, la empresa fundada por el multimillonario británico Richard Branson, describió el siniestro como "una seria anomalía", y aseguró que colaborará estrechamente con las "autoridades relevantes" para determinar la raíz del problema.

Vuelos como el de hoy son preparativos para viajes suborbitales a los límites del espacio exterior, más allá de 100 kilómetros de altitud. Branson esperaba convertirse en el primer pasajero de un vuelo comercial al espacio el próximo año.

Además de él, más de 800 personas han pagado o realizado depósitos para viajar eventualmente a bordo de la nave espacial, desde la que los pasajeros podrán observar la Tierra con el vacío oscuro del espacio como telón de fondo y experimentar unos minutos de ingravidez.

En esa lista de interesados figuran el actor estadounidense Ashton Kuchner, que abonó 200.000 dólares por el billete que le llevará a la frontera entre la Tierra y el espacio exterior, desde donde se podrá ver la curvatura del planeta.

Tom Hanks, Angelina Jolie, Brad Pitt y Kate Perry son otros de los famosos que han adquirido su billete al espacio con Virgin Galactic.

Tanto Virgin Galactic como la agencia gubernamental habían expresado en numerosas ocasiones su confianza en la tecnología tras la nave espacial.