Primera intervención

La controvertida política ambiental del Gobierno británico marca el incómodo discurso de Carlos III ante el Parlamento

El rey británico se ha limitado a presentar las propuestas legislativas del Ejecutivo en un acto marcado por la solemnidad y la pompa características de la monarquía parlamentaria británica

El rey Carlos de Inglaterra, junto a Camila.

El rey Carlos de Inglaterra, junto a Camila. / EFE

Lucas Font

Tragarse sapos es parte del trabajo de un monarca. Este martes le ha tocado a Carlos III, en el que ha sido su primer discurso como rey de Inglaterra ante el Parlamento, el tradicional 'King’s Speech', que da oficialmente el pistoletazo de salida al nuevo año legislativo en el Reino Unido y que sienta las bases de lo que serán las principales prioridades del Gobierno en los próximos meses. Entre estas prioridades está la aprobación de la ley de licencias de petróleo en alta mar (offshore petroleum licensing bill), una ley que choca con las décadas de lucha contra el cambio climático que el monarca protagonizó en su larga etapa como príncipe de Gales. 

El proyecto de ley prevé la concesión anual de licencias para la explotación de yacimientos de gas y petróleo en el mar del Norte. Algo que, según el Ejecutivo, permitirá reducir la dependencia energética de regímenes totalitarios, como Rusia, y ayudará a proteger a la industria doméstica y los 200.000 empleos que genera. "Este proyecto de ley apoyará la futura concesión de licencias para nuevos yacimientos de petróleo y gas, ayudando al país a realizar una transición hacia la neutralidad de emisiones para 2050 sin añadir cargas adicionales a los hogares", ha asegurado el rey en un esfuerzo por ceñirse al papel institucional que se espera del jefe del Estado.

Acto solemne

Carlos III se ha limitado a presentar las propuestas legislativas del Gobierno en un acto marcado por la solemnidad y la pompa características de la monarquía parlamentaria británica. Ataviado con la corona imperial del Estado, el monarca ha leído el discurso sentado en el trono dorado junto a la reina Camila en la Cámara de los Lores, en la que es la única ocasión durante el año en la que coinciden el jefe del Estado y los miembros de las dos cámaras. Los diputados de la Cámara de los Comunes, encabezados por el primer ministro y por el líder de la oposición han cruzado el vestíbulo del palacio de Westminster para presenciar el discurso en la Cámara alta, tal y como marca la tradición.

Más allá de los planes del Gobierno para fomentar la extracción de combustibles fósiles, el monarca también ha presentado iniciativas relacionadas con la seguridad, como el proyecto de ley de sentencias (sentencing bill), que prevé el endurecimiento de penas para los delitos más graves, incluidos los delitos sexuales, así como leyes para dar mayores poderes a las agencias de inteligencia en la lucha contra el terrorismo y a las fuerzas de seguridad para combatir delitos digitales y crímenes contra los menores de edad. El rey también ha revelado los planes del Ejecutivo en materia económica, de vivienda y en el combate contra la inmigración irregular.

Propuestas polémicas

El discurso ha enfatizado la estrategia del Gobierno de Rishi Sunak de presentarse como el único capaz de tomar decisiones pensando en el beneficio a largo plazo. "La prioridad de mi Gobierno es tomar las decisiones difíciles pero necesarias a largo plazo para cambiar este país a mejor", ha dicho el rey ante una Cámara abarrotada. El Ejecutivo ha querido dar especial relevancia a su proyecto para prohibir de forma progresiva la venta de tabaco, de tal forma que los jóvenes que ahora tienen 16 años o menos no puedan adquirir cigarrillos en ningún momento de su vida. 

Fuera del discurso ha quedado la polémica propuesta de la ministra del Interior, Suella Braverman, que ha planteado legislar para perseguir a las personas sin hogar e imponer multas a las organizaciones benéficas que les entreguen tiendas de campaña. Sunak ha tratado de matizar las palabras de su ministra, aunque una de las propuestas de ley presentadas por este martes por el monarca incluye la "lucha contra la mendicidad persistente, molesta y organizada". Tanto la oposición como las oenegés han sido muy críticas con la propuesta de Braverman, quien insiste en asociar el sinhogarismo con la delincuencia y quien aseguró hace apenas unos días que vivir en la calle es una "elección de estilo de vida".