Situación en Venezuela

Maduro no espera a la oposición e inicia de facto la campaña electoral en Venezuela

Desde que comenzó el año, 32 personas han sido detenidas por las fuerzas de seguridad e inteligencia, entre ellos militares, civiles e incluso una activista de los derechos humanos

Nicolás Maduro asegura que seguirá gobernando Venezuela "con el apoyo del pueblo".

Nicolás Maduro asegura que seguirá gobernando Venezuela "con el apoyo del pueblo". / EFE

Abel Gilbert

La Asamblea Nacional (AN) y varias organizaciones políticas y sociales que orbitan alrededor del Gobierno venezolano decidieron formar una comisión que discutirá las actividades relacionadas con las elecciones presidenciales de este año. Nicolás Maduro se adelantó a las formalidades. Aunque todavía se desconoce la fecha de la contienda y sus participantes, el presidente ha comenzado en los hechos su campaña. El presidente anunció a su vez la construcción de cinco millones de viviendas, la creación de misiones de ayuda social que atiendan el problema de la desigualdad e impulsen el desarrollo de la juventud y una serie de medidas que permitan la recuperación económica. Además, garantizó que, esta vez, la lucha contra la burocracia estatal será exitosa. El augurio de bonanza se complementó nuevamente con el ejercicio de la mano dura y ya no tendida hacia el oponente. La peculiaridad de este lanzamiento, señalan sus adversarios, está relacionada con una nueva ola represiva que se despliega en diversos frentes, inclusive la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh), cuyos integrantes acaban de ser expulsados. "En todos los frentes de batallas los derrotaremos a sus sanciones, a sus amenazas, a su maldad y a su perversidad, por dónde vengan. Tengan la seguridad absoluta, imperialistas, no tienen vida con Venezuela", dijo Maduro.

Desde que comenzó el año, 32 personas han sido detenidas por las fuerzas de seguridad e inteligencia, entre ellos militares, civiles e incluso una activista de los derechos humanos. El fiscal general Tarek William Saab los ha relacionado con supuestas cuatro conjuras contra Maduro que , dijo, fueron desbaratadas por los servicios de inteligencia y las Fuerzas Armadas.

La expulsión de los representantes de la oficina Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos por "ataques exacerbados" completó una semana de tensiones políticas. "Buscan crear una especie de tutela a nuestros poderes públicos (…) Esto en ningún Estado es tolerable", dijo al respecto el ministerio de Exteriores. La Oacnudh se había instalado años atrás tras una visita a Caracas de su entonces comisionada, la chilena Michele Bachelet, con el propósito de revisar una serie de denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales perpetradas por agentes de seguridad durante la crisis de 2017. Las relaciones se rompieron horas atrás después de que fuera arrestada la abogada Rocío San Miguel. La Oacnudh expresó su preocupación por el hecho y reclamó que se respeten "las garantías del debido proceso". Exteriores le reprochó que solo se interesara en proteger "a personas que han intentado subvertir el orden constitucional y crear violencia en Venezuela". A su vez, Saab calificó de "mitómanas" a las oenegé spor asegurar que San Miguel había sido secuestrada como solían hacerlo las dictaduras sudamericanas hace casi medio siglo. "Tergiversan el tema de la desaparición, hubo una orden de captura basada en una investigación penal".

Los acuerdos en un limbo

La Plataforma Unitaria, que agrupa a parte de la oposición que negoció en Barbados con el Gobierno una agenda para realizar unas elecciones presidenciales transparentes, rechazó la medida adoptada por el Palacio de Miraflores. La expulsión de la Oacnudh "ratifica el carácter totalitario del régimen". Los acuerdos alcanzados en octubre han entrado en una zona pantanosa y sin horizonte a la vista desde el momento en que el Tribunal Supremo ratificó que María Corina Machado, la candidata opositora surgida de una primaria, no puede participar de las elecciones porque pesa sobre ella una inhabilitación de 15 años.

La figura del "subversivo" se ha instalado con fuerza en la escena política. Los opositores son susceptibles de ser calificados de esa manera si arrojan un manto de sospecha sobre las revelaciones estatales sobre los intentos de asesinato de Maduro que, sostienen las autoridades, involucraron no solo a uniformados y civiles en el territorio sino en Miami.

El acuerdo de Barbados abrió la esperanza de unas elecciones sin las anomalías de 2018, cuando Maduro compitió contra sí mismo. Había tenido como complemento instancias de diálogo entre Caracas y Washington. A partir de la inhabilitación de Machado y Henrique Capriles comenzaron a suceder episodios que fueron convirtiendo esa hoja de ruta en un mero balbuceo. Este resquebrajamiento de lo pactado ha tenido como contrapartida el anuncio desde Estados Unidos del retorno de sanciones económicas. Citado por la revista Tal Cual, el sociólogo Damián Alifa sostiene que el madurismo prefiere "ser sancionado que estar fuera del poder".

Otros analistas se preguntan hasta qué punto las tácticas utilizadas por el Gobierno años atrás pueden ser eficaces en 2024. Calculan que la base de apoyo de Maduro es del 25% de las personas en condiciones de votar. Más allá de los efectos materiales de las medidas adoptadas por Washington, con impacto en la industria petrolera y en las actividades extractivas de oro, el Gobierno se propone revertir la merma de simpatías a partir de un incremento del gasto social. La oposición vuelve a encontrarse frente a la encrucijada de rechazar de plano la agenda electoral diseñada por el madurismo, repitiendo una estrategia que fracasó en 2018, o encontrar otra manera de competir en un terreno adverso, controlado por el Estado, pero que a la vez podría abrir la posibilidad de que un candidato que no sea Machado pueda canalizar los anhelos de un cambio de época en Venezuela. Ese debate aún no se hadado, y Maduro no espera.

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