«Este año nos separamos un poco del mundo rural y nos adentramos en la ciudad. Quizás se ha valorado poco la influencia de la pasa en la topografía urbana de Dénia. Los almacenes dibujaron lo que fue el ensanche de finales del XIX y principios del XX». Este domingo arranca «Temps de pansa», un ciclo esencial. Saca a la luz la gran época del esplendor de la pasa. Coincide con el momento en el que la pasa, tras l'escaldà, se termina de secar sobre los cañizos al sol. Todavía se puede contemplar ese proceso tradicional y paciente. En la Caseta dels Grimalt, por ejemplo. Allí, en el sequer y con el Montgó al fondo, surge a finales de agosto el paisaje de la pasa.

Este año, como avanza el director del Museo Etnològic de Dénia, Josep A. Gisbert, «Temps de pansa» explora los vestigios que la exportación a medio mundo de este producto agrícola de la Marina Alta ha dejado en Dénia, el gran puerto del que zarpaban, con las bodegas repletas de cajas de pasa, los pailebotes y los barcos de vapor.

La primera ruta, la de este domingo, recorre las improntas en el urbanismo de Dénia. Los participantes (un máximo de 20, y es imprescindible la inscripción previa) descubrirán los grandes almacenes donde se empaquetaba en preciosas cajas la pasa. El de la Cooperative Wholesale Society está en la Plaça del Convent y ahora aloja un supermercado. Otros almacenes se hallaban en el Carrer la Mar. Hoy son bares y pubs. Mientras, en Patricio Ferrándiz, los almacenes de la pasa significaron el ensanche de la ciudad. Luego se convirtieron en fábricas de juguetes. Ahora se alzan fincas. Este primer «viaje en el tiempo» también tendrá parada en la estación del tren de 1888, construida en el momento álgido del comercio de este producto agrícola.

El segundo itinerario, el del día 13, rescatará el paisaje olvidado de viñedos y estufas para secar la pasa. Los participantes llegarán por la antigua vía romana de Dianium a Saetabis (Xàtiva) al Pou dels Pilars, del siglo XVII. Por el camino encontrarán una estufa de finales del XIX construida con ladrillos de la histórica fábrica Nolla de Meliana.

La ruta del día 20 sí regresará al paisaje rural de la pasa. Arranca en Cauells, la partida donde está la Caseta dels Grimalt, y discurre, entre bancales de viñas de moscatel, por la Benitzaina.

«Temps de pansa» terminará el 27 de septiembre con un paseo por el puerto de Dénia. «Quedan escasísimas huellas del puerto primigenio de la pasa», advierte Gisbert. Pero no es difícil imaginarse el viejo muelle que bullía de actividad. Luego llegó la plaga de la filoxera y arrasó las vides y hundió el comercio de la uva.