El actual sistema de reciclaje en España no termina de arrancar; es más, sigue fracasando, como ponen de manifiesto las estadísticas. Pese a los años transcurridos desde la implantación del sistema de contenedores, las últimas cifras (2021) ratifican que España no alcanzará los mínimos marcados por la UE hasta dentro de varias décadas. La tasa de reciclado de residuos municipales es del 35%, lejos del objetivo marcado por la Comisión Europea del 50% y de la media de la Unión Europea, que es del 48%, según un informe sobre economía circular presentado por la Fundación Cotec. Este porcentaje de reciclado se sitúa 20 puntos por debajo del objetivo del 55% que ha fijado la UE para 2025.

Uno de los mayores retos se encuentra en el cambio de modelo de tratamiento y gestión de los 2.500 millones de toneladas de residuos anuales que produce la UE, de los que aproximadamente el 10% son residuos urbanos.

En el caso de España, desde 2003 se ha producido un marcado descenso en la generación de residuos municipales, situándonos en 2011 por debajo de la media de la UE de los 27 (502 kg per cápita). Sin embargo desde 2012, España está aumentando la generación de residuos municipales y ya nos situamos en 476 Kg per cápita en 2019, lo que parece indicar que los buenos registros de las variables de circularidad para la economía española se han debido más a una cuestión coyuntural que a unas buenas prácticas en términos de uso y circularidad.

Eurostat

Cristina Garmendia, coordinadora del informe Cotec, lamenta que en los últimos cinco años «España solo ha tenido un tímido avance» en la reducción del uso de nuevos recursos y que la economía española no está siendo capaz de desacoplar crecimiento económico y consumo de recursos.

En este sentido, el informe apunta que en 2019 los materiales recuperados solo significaron el 10% de los requerimientos totales, un porcentaje inferior al de la media de la UE (11,8%), pero lejos de otros países como Países Bajos (30%) o Francia (20%).

España también se situó lejos de los objetivos europeos en el depósito de residuos en vertederos, que en 2019 fue del 54% cuando la UE ha fijado que no superen el 10% en 2035.

A por el sistema de depósito y retorno

Los expertos reiteran la conveniencia de implantar el Sistema de Devolución, Depósito y Retorno (SDDR) de envases, al objeto de aumentar de forma drástica los niveles de recuperación de esta fracción de residuos respecto a las cifras actuales. De hecho, este sistema está incluido en la nueva Ley de Residuos de España, tal y como ya sucede en otros países europeos, que han visto subir de este modo los niveles de reciclaje de los envases por encima del 90%.

Desde los años 70, la legislación de la UE sobre residuos ha aportado mejoras sustanciales para su gestión, con ayuda de los fondos de la UE. Sin embargo, la cantidad de residuos generados no disminuye, ya que actualmente muchos productos están concebidos para un solo uso o no pueden reutilizarse, repararse o reciclarse fácilmente.

Para conseguir que todos los productos sean adecuados para una economía climáticamente neutra, eficiente en el uso de los recursos y al mismo tiempo se puedan reducir los residuos, el Nuevo Plan de Acción de Economía Circular (CE 2020), propone una serie de ejes estratégicos y legislativos que va más allá de los productos relacionados con la energía, según recoge el informe Cotec.

España ni se acerca al objetivo

En cuanto a la gestión de los residuos urbanos generados, en la última década, la tasa de reciclaje de la UE ha pasado del 27% al 48% en 2019, aunque se observa un freno en el progreso respecto a la primera década del siglo.

En el caso español, los niveles de reciclado se sitúan muy por debajo de los niveles de la UE, con una tasa del 35% , lo que supone un claro incumplimiento del objetivo marcado por la Comisión Europea para 2020 (50%) y muy lejos del objetivo para el 2025, cuando los países de la UE tendrán que reciclar el 55% de los residuos municipales generados.

Sistema de Depósito y Retorno de envases Retorna

En el caso de la UE, de los 502 kg per cápita generados en 2019, el 48% se reciclaron, mientras que la incineración supuso el 27% y el depósito en vertedero, el 24%. En España, en cambio, el vertedero es el principal destino de los residuos municipales. En 2019 fue allí el 54% de los residuos urbanos, lo que plantea todo un reto para alcanzar el objetivo fijado para 2035 de no superar el 10%.

Sin haber cumplido los objetivos anteriores, será más difícil garantizar una rápida ejecución de las 35 acciones del Nuevo Plan de Economía Circular 2020 y cumplir el calendario de implementación. Los retrasos en la aplicación de las normativas sobre residuos van a suponer mayores esfuerzos para alcanzar los objetivos de reciclar al menos el 55% de los residuos municipales en 2025, el 60% en 2030 y el 65% para 2035, así como el límite del 10% enviado a vertederos para 2035.

La Comisión Europea recomienda a varios Estados miembros, entre los que se encuentra España, que deberían aplicar mejor los principios de la economía circular especialmente en lo relacionado con: ahorro de agua y energía, prevención de residuos, reciclado de materiales, promoción de la reutilización y reparación y generalización del uso de materias primas secundarias.

En España ya era patente la necesidad de acelerar urgentemente las reformas estructurales para evitar riesgos de incumplimiento de las normativas comunitarias. «Necesitamos una mayor ambición en las políticas circulares en todo el entramado económico, las medidas parciales que se han ido adoptando han estado centradas sobre todo en la gestión de los residuos, donde persisten importantes puntos débiles. Los escasos avances se dejan sentir sobre todo en las fases de ecodiseño, ecoinnovación y prevención para minimizar el uso de recursos naturales», afirman los autores del informe.

Exceso de envases plásticos en alimentación Pixabay

Todos los expertos coinciden en la necesidad, ante todo, de reducir la generación de residuos, ya desde la compra diaria. La elección de productos que reduzcan al máximo los envases (sobre todo el plástico) es la mejor forma de ir atenuando este problema que, de momento, no para de crecer. Sin embargo, las empresas tienen también la responsabilidad de cambiar su estrategia hacia criterios más sostenibles que los actuales.

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Tribuna de opinión

Carlos Arribas. Ecologistas en Acción

La próxima cita será en 2025 ¿llegaremos a tiempo?

Aunque todavía no se han publicado los datos oficiales todo parece indicar que el objetivo de conseguir un reciclaje del 50% de los residuos municipales no se ha cumplido en el Reino de España. Ese objetivo europeo se estableció en 2008 en una Directiva y en 2011 en la Ley de residuos española. O sea, no se puede argüir que no estábamos avisados. Los últimos datos oficiales son de 2019. El reciclaje fue del 38% y el vertido del 51 %. En 2035 se nos exige un reciclaje del 65% y un vertido máximo del 10%.

El examen de 2020 lo suspendimos con nota baja. Estamos a una considerable distancia de lo exigido por Europa. Lo peor de todo es que en los últimos 5 años no se aprecian mejoras sustanciales e incluso hay años con retrocesos, a pesar de las inversiones y el dinero gastado. El próximo examen será en 2025, con un objetivo de reciclaje del 55%.

El objetivo autoimpuesto en España para el vertido máximo en esa senda del 10% en 2035 es del 40%. O sea, hemos de aumentar el reciclaje en 17 puntos y disminuir el vertido en 11 puntos.

Ahora se está tramitando en el Senado la nueva Ley de residuos y suelos contaminados para la economía circular, que sustituirá la ley de 2011. Aunque no es muy ambiciosa en el capítulo de prevención, introduce muchas medidas en la buena dirección: una tasa que disuada el vertido y la incineración, se amplía la responsabilidad de los productores que han de hacerse cargo del coste integral de los residuos y de la limpieza de la basura dispersa, se obliga a los Ayuntamientos a establecer una tasa de residuos específica, que no sea deficitaria y que contabilice el coste integral de la recogida, tratamiento y vigilancia de las instalaciones de eliminación, con bonificaciones para el compostaje doméstico y comunitario, y sobre todo el pago por generación, para que la ciudadanía separe los residuos en origen y reduzca el depósito en los contenedores de la fracción resto. Se promueven los sistemas más eficientes como la recogida «puerta a puerta» o los contenedores inteligentes con identificación del usuario.

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Ese proyecto de Ley también contempla la implantación condicionada de un Sistema de Depósito para los envases de bebidas de plástico en 2025, que debería extenderse a las botellas de vidrio y latas. Se está tramitando un Real Decreto de envases que obligará a aumentar el reciclaje.

La pregunta del millón es si todos los agentes recogerán ese ilusionante reto y llegaremos a tiempo al 2025. En caso negativo nos enfrentaremos a expedientes sancionadores y a multas millonarias.