Las tácticas de la guerra son a menudo sorprendentes. En ocasiones, la fuerza militar no es suficiente para mantener la seguridad en el frente, y menos aún cuando el conflicto se traslada al mar. Las profundidades marinas resultan inabarcables para cualquier ser humano, pero no para las ágiles criaturas que viven en él. Así fue como los delfines fueron empujados a la guerra y militarizados como apoyo de los ejércitos navales en la búsqueda de minas submarinas, en la recuperación de torpedos utilizados e, incluso, en la ‘caza’ de buzos enemigos.

Su entrenamiento como soldados marinos comenzó en la década de los 60, cuando Estados Unidos y un puñado de otros países decidieron emplear las habilidades de comunicación de los delfines (basados en el sonar) para ayudarles durante la Guerra Fría. Junto a ellos también se iniciaron pruebas con leones marinos y ambos tenían una misión asignada: mantener el “dominio submarino”.

Según la Marina estadounidense, la guerra que se libra en el océano es de gran importancia, y estos animales son capaces de frenar los ataques dirigidos al frente o a embarcaciones aliadas en el extranjero. Para la década de 1980, más de 100 delfines vivían en las instalaciones navales y el programa contaba con un presupuesto de más de ocho millones de dólares.

En San Diego la Marina tiene 90 delfines y 50 leones marinos de California, a los que dedica 28 millones de dólares al año para que formen parte de un programa del Sistema de Guerra Naval y Espacial del Pacífico.

Us Navy

La Marina se aprovecha de la experiencia en buceo de los mamíferos y sus habilidades comunicativas (para lo que utilizan su sofisticado sonar) con el fin de proteger una cuarta parte del arsenal nuclear de Estados Unidos, facilitar el hallazgo de minas y realizar una exhaustiva vigilancia submarina.

Aprovechando las habilidades de los delfines

La evolución ha dotado a estos mamíferos de la capacidad de realizar mapas precisos del entorno submarino, incluso en aguas turbias, poco profundas y turbulentas donde la tecnología es incapaz de llegar. Y los militares no han tardado en aprovechar la capacidad que tienen los delfines para "ver" su entorno a través de la ecolocalización.

Con un sonido que se asemeja a un "clic", los delfines son capaces de crear diferentes formas de onda y frecuencias que les permite recopilar información detallada sobre su entorno, así como detectar presencias extrañas. Con su particular sonar, los delfines pueden distinguir un objeto redondo de uno cuadrado y un objeto hueco de uno sólido; lo que demuestra cuánta es su inteligencia.

Estos delfines militares deben de ir todos los días a la escuela. Durante la mañana, estudian en aulas acuáticas donde sus cuidadores les enseñan todo lo que tienen que saber para poder ayudar correctamente a la Marina. Por las noches nadan y socializan en recintos más grandes con otros delfines. Cuando hacen algo bien, se les recompensa con sabrosos manjares o una sesión de mimos.

Bajo la guía de entrenadores especializados, los delfines pueden aprender a vigilar con cámaras portátiles, entregar herramientas (e incluso correo) a los buzos que entrenan bajo el agua y atrapar a los enemigos con esposas para inmovilizar las piernas y arrastrarlos a la superficie.

Delfín en una base militar Agencias

Los cetáceos ‘militares’ de la Marina estadounidense ya han sido desplegados en varias misiones. Entre sus hazañas, destaca la actuación de cinco delfines que protegieron a los marineros estadounidenses en la bahía de Cam Ranh durante la guerra de Vietnam; la de los seis ejemplares que escoltaron petroleros kuwaitíes a través del Golfo Pérsico a fines de la década de 1980 y la de otros nueve que intervinieron en el puerto iraquí de Umm Qasr en 2003. Los delfines estadounidenses también participan en ejercicios militares internacionales, como el ejercicio Rim of the Pacific de 2018 en el que participaron más de 1.000 soldados y marineros de lugares tan lejanos como los Países Bajos y Nueva Zelanda.

El trabajo de la Marina en EE UU con mamíferos marinos militares ha generado más de 1.200 publicaciones científicas y la institución enfatiza que los animales no son solo sujetos, sino compañeros de equipo.

Corea del Norte y Rusia, también

Pero Estados Unidos no es el único que ha optado por estos inusuales compañeros de guerra. Se cree que otros países como Corea del Norte o Rusia podrían estar entrenando delfines. Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética reclutó a guías de circo para entrenar delfines y otras especies marinas para la protección de puertos.

Usando bozales con púas especiales o arneses con arpones, los delfines soviéticos tenían la capacidad incluso de matar a los intrusos. Pero con el tiempo, la financiación del programa disminuyó y los delfines fueron reasignados para actuar ante los turistas. Irán compró los animales en 2000.

El uso de estos cetáceos como instrumento militar ha sido reiteradamente cuestionado por numerosos colectivos, que consideran inmoral el uso de animales para participar en guerras. Sin embargo, esto no parece frenar su reclutamiento en varios países.

Artículo de referencia: https://thebulletin.org/2022/03/how-dolphins-protect-the-us-nuclear-arsenal/