Moda insostenible

¿Cuánto contaminan unos vaqueros o una camisa de algodón?

La promoción de la moda rápida dispara el consumo mundial de fibras textiles y, en consecuencia, su huella ambiental

Pantalones vaqueros en un comercio.

Pantalones vaqueros en un comercio. / Unsplash

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El algodón es la fibra natural más utilizada en la industria textil. Suministra aproximadamente la cuarta parte de las fibras textiles mundiales, cuyo consumo se ha disparado en las últimas décadas debido a la promoción de la moda rápida. Pero el cultivo y la transformación del algodón presenta importantes impactos ambientales, incluidos el uso masivo de agua, la toxicidad, la eutrofización y las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Cuánto contamina un pantalón vaquero o una camisa? Un proyecto de investigación internacional ha indagado en torno a todo ello y ha buscado alternativas para reducir la huella ambiental de la ropa. La investigación, cuyos resultados se han publicado en ‘Nature Reviews Earth & Environment’, ha identificado los impactos del algodón en las diferentes etapas de su ciclo de vida.

Durante la etapa de cultivo, los impactos ambientales dependen de los niveles de riego y las aplicaciones de pesticidas y fertilizantes. En la etapa de fabricación textil, los impactos dependen de la infraestructura energética y las tecnologías de fabricación.

En la fase de uso, finalmente, los impactos dependen de los hábitos de los consumidores relacionados con la compra, el lavado, el secado y el planchado.

"Dependiendo de la categoría de impacto y del país, pueden dominar los impactos el cultivo la fabricación o el uso del algodón. Por ejemplo, la fase de uso domina las emisiones de gases de efecto invernadero en países con redes energéticas intensivas en carbono", como los Estados Unidos, recoge el estudio.

Dos drones vigilan una plantación de algodón.

Dos drones vigilan una plantación de algodón. / Pixabay

Los investigadores destacan que el uso de fibras alternativas tiene el potencial de reducir estos impactos ambientales. Se refieren, principalmente, al yute y al lino, que tienen demandas de agua mucho menores que el algodón.

Lavar la ropa con menos frecuencia

Los autores del estudio admiten que se necesitan más evaluaciones en torno a la sostenibilidad del algodón para "llenar los vacíos de datos relacionados con los países en desarrollo y emergentes, el número de usos de una prenda de algodón y otros impactos ambientales como la salinización, así como los impactos socioeconómicos".

Entre los objetivos para aminorar el impacto del algodón han de figurar, según los investigadores, la mejora de la eficiencia en el uso del agua en la agricultura, el reciclaje innovador y el lavado de los productos textiles, en especial de la ropa con menor frecuencia".

La científica medioambiental Laura Scherer, coordinadora del proyecto de investigación internacional sobre los impactos del algodón, resalta que el enorme incremento en el consumo de textiles ha disparado también su impacto ambiental.

Buena parte de la investigación previa de Scherer se había centrado en los impactos ambientales de los alimentos. "Pero los alimentos sostenibles, por sí solos, no son suficientes para alcanzar los objetivos de sostenibilidad. No todo el mundo puede permitirse el lujo de instalar una bomba de calor , pero todos pueden decidir qué comen, qué visten o cuánto tiempo llevan la ropa ", resalta.

Secar la ropa al aire reduce la huella ambiental.

Secar la ropa al aire reduce la huella ambiental. / Pixabay

Para identificar la huella ambiental de la ropa y buscar oportunidades para reducir los impactos, Scherer y si equipo se fijaron en el algodón, ya que únicamente el poliéster se utiliza más en el mercado textil, pero se trata de una fibra sintética.

El cultivo de la planta de algodón requiere mucha agua. Ahí comienza la evaluación de la sostenibilidad de la fibra. "A veces es fácil para los consumidores ignorar los impactos de la producción porque ocurren en el extranjero. Por ejemplo, las compras de los consumidores en Europa pueden contribuir a la escasez de agua en China y la India", indica Scherer.

Evitar el planchado

La investigadora de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, apunta que los estadounidenses tienen la costumbre de lavar y secar a máquina con frecuencia, lo que genera "gran cantidad de carbono". En ese caso, la fase de uso puede superar a la de producción en su contribución a la huella de carbono, por ejemplo, de unos pantalones vaqueros.

Por el contrario, en países como Suecia, donde la energía es más limpia, "la ropa se usa durante más tiempo antes de lavarla y el secado al aire es más común, así que la fase de uso contribuye relativamente poco a la huella de carbono general de los jeans", explica la investigadora. Aboga por lavar la ropa con menos frecuencia, llenar la lavadora a su máxima capacidad y evitar el planchado para reducir el impacto ambiental.

La pregunta es si a la hora de comprar el próximo par de pantalones debe evitarse el algodón. "Comparamos el algodón con varias fibras alternativas, tanto naturales como sintéticas, pero es difícil juzgar si son mejores, ya que los estudios normalmente no tienen en cuenta el comportamiento del consumidor. Se necesita más investigación", admite Scherer.

Camisas en un comercio.

Camisas en un comercio. / Pixabay

La solución que propone Scherer es "comprar menos en general" y propiciar una "transición de la moda rápida a la moda lenta". Claro que no es fácil, porque exige "cambios en el diseño de productos, el marketing y el comportamiento del consumidor", añade.

"Incluso si la producción de ropa puede parecer algo lejano, nosotros, como consumidores, podemos hacer un cambio significativo, según Scherer. "Comprar menos ropa y lavarla con menos frecuencia es sin duda beneficioso. E incluso permite ahorrar dinero", concluye.

Estudio de referencia: https://www.nature.com/articles/s43017-023-00476-z

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