Bioingeniería

Así es el proyecto para ‘resucitar’ el dodo, el ave extinguida en el siglo XVII

La empresa Colossal Biosciences, que también quiere revivir el mamut, trabaja en la recuperación de esta especie no voladora

Recreación artística de un dodo, aves que tratan de resucitar

Recreación artística de un dodo, aves que tratan de resucitar / Agencias

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

El reto de ‘resucitar’ al dodo, un ave no voladora extinguida a finales del siglo XVII, acaba de recibir un nuevo impulso gracias a una nueva asociación entre Colossal Biosciences, una empresa de ingeniería genética, y la Mauritian Wildlife Foundation, una organización conservacionista sin ánimo de lucro que trabaja en estrecha colaboración con el gobierno de Isla Mauricio.

La extinción del dodo es uno de los objetivos centrales de Colossal Biosciences. Con la ayuda de la experiencia de la Mauritian Wildlife Foundation en materia de rescate de aves y vigilancia de campo, el proyecto intentará restaurar los hábitats nativos del dodo en la isla de Mauricio, situada frente a la costa este de África.

Y es que los científicos recuerdan que no es posible revivir una especie desaparecida si no existe un hogar adecuado para ella, que cumpla los requisitos necesarios para su supervivencia.

Recreación de un dodo

Recreación de un dodo / Getty

“Los proyectos de Colossal solo tienen éxito si los animales viven de forma silvestre y son devueltos a su hábitat natural. Esperamos trabajar con Isla Mauricio para garantizar que así suceda con el dodo”, explicó Matt James, director de animales de Colossal, en un comunicado enviado al portal divulgativo IFLScience.

Los dodos se extinguieron en el siglo XVII cuando los europeos llegaron a Isla Mauricio durante la época de la colonización. Eran aves tranquilas y no voladoras que anidaban en el suelo, por lo que se convirtieron en blanco fácil para los cazadores, así como para los animales depredadores que introdujeron en la isla, como perros, gatos, cerdos, ratas y macacos.

Eran aves tranquilas y no voladoras que anidaban en el suelo, por lo que eran blanco fácil para los cazadores

Como consecuencia de todo ello, su población se desplomó rápidamente. El último avistamiento confirmado de un dodo vivo fue en 1662, aunque el análisis estadístico sugiere que persistieron hasta 1690. De cualquier manera, es casi seguro que no quedaban dodos en el siglo XVIII.

Al frente de la misión para recuperar el dodo está Beth Shapiro, miembro del Colossal Scientific Advisory Board, que fue el primer científico en secuenciar completamente el genoma del dodo.

Construyendo el genoma de referencia

Actualmente, el equipo está trabajando con las células germinales primordiales de la paloma de Nicobar, el pariente vivo más cercano del dodo, para construir un genoma de referencia. Paralelamente, también están desarrollando pollos genéticamente modificados para que actúen como sustitutos de los dodos.

“Primero hay que mirar cuál es el pariente filogenético más cercano. ¿Cuál es el animal que todavía existe en el planeta y que está más cerca del árbol genealógico?”, explica el fundador y director ejecutivo de Colossal Biosciences, Ben Lamm, a IFLScience. "Es necesario encontrar el pariente filogenético más cercano, porque hay que encontrar y construir un genoma de referencia, y para ello se necesitan muestras de tejido".

Reconstrucción de un dodo conservada en un museo

Reconstrucción de un dodo conservada en un museo / oxford

Posteriormente, es preciso obtener muestras de tejido que contengan el ADN antiguo de esas especies extintas. El ADN antiguo es diferente del ADN vivo existente, porque está enormemente fragmentado.

“No todo es exógeno, lo que significa que hay otros microbios y seres vivos que lo han contaminado con el tiempo. Así que obtienes fragmentos de ADN antiguo y luego básicamente los unes”, añadió Lamm.

Quedan muy pocos restos físicos del pájaro dodo, pero, afortunadamente, se conservan algunos tejidos. Por ejemplo, Shapiro y su equipo utilizaron ADN extraído de un cráneo de la colección del Museo de Historia Natural de Dinamarca para reconstruir todo el genoma.

Colossal Biosciences no solo tiene previsto ‘resucitar’ el dodo, sino otros animales emblemáticos del pasado remoto y que ya están extintos. El caso más espectacular es el del mamut lanudo. La empresa se ha marcado como objetivo devolver a la vida un ejemplar de mamut en el año 2028 utilizando técnicas parecidas a las que se usarán para revivir el dodo.

CÓMO ERA EL DODO

El dodo era un ave de grandes proporciones: aproximadamente un metro de altura. Su plumaje era grisáceo y su peso, de acuerdo con análisis realizados en 2012, rondaba los 10 kilos, aunque algunos científicos creen que podía llegar a los 17,5 kilos.

Tenía un pico muy largo, aproximadamente de 23 cm, y con una punta en forma de garfio que probablemente le permitía romper las cortezas de los cocos. Sus patas eran amarillas y robustas, con unas cuantas plumas rizadas en su parte de atrás. Pero era incapaz de volar, debido a que tenía unas alas muy pequeñas. Este hecho, unido a su gran peso corporal y un esternón insuficiente para soportar la fuerza de alas en movimiento, hacía que solo se desplazara por tierra.

La imagen tradicional del dodo es la de un ave gorda y torpe, de ahí que se le pusiera como primer nombre científico Didus ineptus, pero esta visión ha sido posteriormente cuestionada. Y es que los viejos dibujos del dodo retrataban a ejemplares cautivos que habían sido sobrealimentados. 

.............

Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es