Muertos de hambre, sed o a base de disparos. De momento, son ya varios los centenares de elefantes que, desde finales del año pasado, han muerto de sed en el parque nacional de Zimbabue. El problema no es sólo la gravísima escasez de lluvias y la falta de agua que todo ello ha provocado, es también que, sin la anterior, no hay pastos y, sin los pastos, no hay comida. Se calcula que, durante este año, una de las principales causas de muerte de estos animales volverá a ser el hambre y la sed. Al final, si el ser humano no acaba con ellos cazándolos, lo hace a través del cambio climático o las altas temperaturas que éste genera. Esperemos que la grave crisis que estamos sufriendo nos haga también recapacitar en temas como este.