Hay personas que, con pocas palabras, dicen mucho. Eso le ocurría al gran matemático alemán P.G. Lejeune-Dirichlet. Sus frases se construían con monosílabos y algunas fórmulas matemáticas. No había más.

Por eso, cuando nació su primer hijo y se vio obligado a comunicárselo a su familia, no lo dudó. Les envió un telegrama con el siguiente texto: 2 + 1 = 3. No palabra alguna para explicar el milagro de la vida.

Desde entonces hasta ahora, muchos son los matemáticos que usan su ciencia para explicarlo todo. La pandemia nos ha dado una buena muestra de ello.

El mundo de los animales no es ajeno a esta tendencia. Recientemente, se han publicado distintos estudios en Estados Unidos que demuestran que todas las sociedades producen un abandono de animales exacto. El mismo se basa en el número de habitantes y en una serie de variantes, entre las que intervienen aspectos tales como el nivel cultural, el sistema educativo, la climatología o el concepto de familia.

La Sociedad Americana contra la Crueldad Animal, una ONG de máximo prestigio en el mundo de la protección animal, elaboró el año pasado una serie de encuestas que, aplicadas a un municipio concreto, te indican cuántos animales serán abandonados al año siguiente en el mismo.

De hecho, los estudios diferencian entre el abandono inevitable y el evitable. El primero es el de aquellos animales que se quedan sin dueño por la muerte de éstos, por enfermedades graves o por situaciones límites imprevisibles. El segundo es el que producen aquellas personas que, irresponsablemente, deciden adoptar o comprar un animal por impulso o capricho.

Evidentemente, existen muchas diferencias entre la sociedad americana y la nuestra. Sin embargo, también compartimos muchas otras que no nos hacen tan diferentes. Por ejemplo, volviendo al mundo de las matemáticas, existe una ecuación que, desgraciadamente, nunca falla en ningún país del mundo. Es la siguiente: Dueño Irresponsable + Perro o Gato = Abandono Seguro.