Gregorio Peces-Barba, uno de los "padres" de la Constitución y expresidente del Congreso, ha fallecido hoy a los 74 años en Oviedo y con su muerte desaparece una de las figuras más relevantes de la Transición, elogiada de forma unánime por políticos y juristas.

Una insuficiencia renal complicada con otra cardíaca ha sido la causa de su fallecimiento en el Hospital Universitario Central de Asturias, en la capital del Principado, donde permanecía ingresado desde el pasado 16 de julio.

El coche fúnebre con los restos mortales de Gregorio Peces-Barba ha llegado hoy sobre las 22:15 horas al domicilio familiar, situado en la localidad madrileña de Colmenarejo, en Madrid, donde se instalará la capilla ardiente.

Al atravesar el vehículo la puerta del garaje, las personas que estaban en la vivienda unifamiliar recibieron con un cerrado aplauso al que fue presidente del Congreso entre 1982 y 1986 y uno de los "padres de la Constitución".

El ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, ha sido de los primeros en llegar al domicilio familiar en donde ha manifestado que Peces-Barba ha sido una "figura muy importante en la transición democrática española y un intelectual siempre interesado en los derechos humanos".

Poco después llegó el exvicepresidente del Gobierno y diputado socialista Alfonso Guerra, que ha definido a Gregorio Peces-Barba como "una personalidad de altura en la Historia de España, una personalidad extraordinaria".

El fallecimiento de quien también fue rector de la Universidad Carlos III de Madrid ha suscitado el unánime elogio de los políticos a un "socialista cabal", figura "insustituible" de la Transición y hombre dialogante que fue este gran jurista, tal y como le han definido hoy algunos de ellos.

Los reyes y los príncipes han enviado un telegrama de condolencia a la familia del fallecido, del que han destacado su aportación a la democracia en España.

Peces-Barba es el cuarto de los siete "padres" de la Constitución Española de 1978 que desaparece, tras la muerte de Gabriel Cisneros en julio de 2007; Jordi Sole Tura, en diciembre de 2009, y Manuel Fraga, en enero de este año.

Los cuatro fueron los artífices de la ley de leyes que hoy rige en España junto con José Pedro Pérez Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca i Junyent.

Algunos de ellos han recordado hoy su relación con el fallecido. "Tuvimos tantas discusiones..., aunque siempre en buen tono" y más que sus propias decisiones, "reflejó el debate interno de su partido", ha rememorado a Efe Pérez Llorca después de definirle como "un hombre auténticamente socialista".

Miquel Roca, por su parte, no ha querido que las "discrepancias y peleas públicas" que mantuvo con Peces-Barba "enturbien" el recuerdo de un hombre "clave" en la Transición y que ayudó a la construcción del Estado de las Autonomías.

Y es que Peces-Barba no dudó en expresar abiertamente sus críticas contra el nuevo Estatuto catalán al afirmar en 2011 que a los españoles igual les habría ido mejor si se hubieran quedado históricamente con Portugal y no con Cataluña.

"Con su desaparición, perdemos todos una insustituible figura de la Transición y a un hombre ejemplar, cuya fecunda contribución a nuestro sistema constitucional quedará como un legado y referente que nos acompañará para siempre a todos los españoles", ha dicho de él el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy.

Zapatero: "Un gran maestro"

Su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, ha calificado a Peces-Barba como "un buen socialista" que ya forma parte "del patrimonio colectivo de la democracia española", en tanto que el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, le ha definido como "gran persona, uno de los padres de la democracia y, sobre todo, un gran maestro".

Nacido el 13 de enero de 1938 y licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, ejerció como abogado desde 1962 y durante la dictadura fue defensor en numerosos juicios ante el Tribunal de Orden Público y en diversos consejos de guerra, entre ellos el célebre proceso de Burgos de 1970, en el que defendió a Víctor Aranda, acusado de ser miembro de ETA.

De formación demócrata-cristiana, se afilió al PSOE y tras las primeras elecciones democráticas representó al partido en la ponencia encargada de estudiar el anteproyecto de la Constitución.

Sin embargo, después se retiró a instancias del PSOE, aunque firmó el anteproyecto definitivo de la Carta Magna con la precisión de que su firma no presuponía el consenso de su fuerza política.

Alineado con las tesis de Felipe González, tras los comicios de octubre de 1982 fue elegido presidente del Congreso de los Diputados, cargo que ocupó casi cuatro años.

Su decisión de seguir impartiendo clases causó malestar en la dirección del partido, pero consiguió una excedencia especial que le permitió impartir la docencia varios días a la semana sin percibir remuneración.

Con la puesta en marcha de su primer curso académico, en 1990, inició una larga etapa profesional como rector de la Universidad Carlos III, que se prolongó hasta abril de 2007.

Rodríguez Zapatero le incluyó en su comité de asesores para las elecciones de 2004 y, unos meses después de su victoria, le nombró Alto Comisionado para la Atención a las Víctimas del Terrorismo, cargo en el que recibió duras críticas de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y del que dimitió en septiembre de 2006 para dedicarse de lleno a su trabajo docente.

Volvió al primer plano de la actualidad al desvelar que el PSM había tanteado si le interesaba ser candidato a la alcaldía de Madrid, algo que descartó para apoyar a Jaime Lissavetzky.

Gran aficionado al fútbol y declarado seguidor del Real Madrid, se presentó en la candidatura encabezada por Lorenzo Sanz para la presidencia del club en las elecciones de julio 2000, que ganó Florentino Pérez.