La vacunación se estableció como prioritaria entre los colectivos vulnerables, especialmente las personas más mayores, por una razón: en caso de contagio de estos grupos, los decesos serían más numerosos. Era una verdad ineludible que ahora se refuerza con otro dato: el de los fallecidos en residencias desde que diera inicio la pandemia. Porque el número de ancianos que han muerto en estos centros por la covid, según la contabilidad oficial del Ministerio de Sanidad, roza ya la barrera de los 30.000 -en concreto 29.782-, divididos entre los 19.868 muertos confirmados y los 9.914 con síntomas compatibles con esa enfermedad.

En este escenario, la mayor parte de los decesos se produjo según las cifras durante la primera ola de la pandemia, entre el 14 de marzo y el 22 de junio, cuando murieron en residencias 19.835 personas, de ellas 9.976 confirmadas. A esas muertes se sumaron otras 6.305 en el resto de 2020, para un total de 26.140 en el año. Es decir, que en esta tercera ola de 2021 han fallecido al menos otras 3.286 personas en centros residenciales, la mayor parte de ellas en el mes de enero porque a partir de la segunda semana de febrero comenzaron a notarse los efectos de la vacunación.

Porque España se acerca ya en líneas generales a los 4 millones de dosis inoculadas (3.908.734), con 79.629 en las últimas 24 horas, y 1.266.700 personas habiendo recibido a fecha de este martes la pauta completa para ser inmunes. En este sentido, las comunidades autónomas han recibido hasta el momento un total de 4.508.845 vacunas, de las que han sido administradas el 86,7 %. Pese a este avance, sin embargo, desde el Gobierno no se quiere bajar la guardia. Ni siquiera con la bajada de datos que sigue siendo una constante en las últimas jornadas.

Las medidas en Semana Santa

En esta cautela manifestada, Sanidad plantea que las limitaciones a la movilidad entre regiones se mantengan hasta después de la Semana Santa, ante el temor de que una desescalada excesivamente rápida pueda dar inicio a una cuarta ola en las próximas semanas. El departamento que dirige Carolina Darias trabaja con las autonomías en un plan de acción común, cuya preparación continuará hoy en el Consejo Interterritorial de Salud, con la cuestionada flexibilización de las restricciones para las fiestas de Navidad muy presente.

La necesidad de reflotar la economía volverá a ser el principal argumento para tratar de acelerar la desescalada. En esa línea se ha pronunciado la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que este martes expresó su intención de continuar con la semiapertura de toda la actividad en la región -la única junto con Extremadura que actualmente no tiene cierre perimetral-, en lo que se anticipa como un nuevo desencuentro con Sanidad.

La Junta de Castilla y León, Murcia o Cantabria, ante ello, respondieron pidiendo un criterio prudente y homogéneo para todo el territorio nacional. En términos similares se expresó también la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que ha dicho que «este año, como el pasado, sigue siendo especial».

Los datos siguen en mejora

A pesar de que la tendencia de los datos sigue siendo favorable, los técnicos de Sanidad recalcan que es necesario controlar al máximo la transmisión del virus, con la incidencia acumulada ya en 168,4 casos por cada 100.000 habitantes. Además, el balance sanitario dejó 2.662 contagios más y 192 muertes. Con ello, el número total de contagios se sitúa en 3.130.184, 73.347 menos que ayer por un ajuste estadístico tras eliminar Cataluña una serie de casos duplicados, y el de muertos asciende a 69.801, 686 en los últimos siete días. En esta tendencia, 11.246 personas siguen hospitalizadas (508 menos que hace una semana) y las ucis se encuentran con una ocupación del 26,99 %, en cifras similares al pico de la segunda ola en noviembre.